La fundación que lleva más de 20 años recuperando la Palma Chilena
Mauricio Moreno es quien le dio vida a este proyecto, luego de enamorarse de las virtudes de esta tradicional especie. Un trabajo que dio sus frutos, con cultivos que superan ya las dos millones de especies.
Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso
Han pasado más de veinte años desde que Mauricio Moreno, director ejecutivo de la Fundación para la Recuperación y Fomento de la Palma Chilena (FURPACH), se instalara con su padre en un predio colindante al Parque Nacional La Campana.
Desde entonces que se enamoró de la belleza que se esconde tras el bosque nativo y de las posibilidades que podría brindarle al desarrollo del país. Sin embargo, ahí también se dio cuenta de la destrucción de la que ha sido víctima la Palma Chilena, a través de aquellos que la despojan de sus ramas y de sus cocos, con el fin de conseguir una simple ganancia comercial.
Palma sustentable
Claro, Moreno no se opone a la extracción de la palma, sólo quiere que se haga de forma responsable. Sustentabilidad es la palabra clave, que permita comprender una nueva conciencia en torno a su vulnerabilidad.
"Fueron los conquistadores, en parte, los responsables de que este árbol, tan propio de nuestra naturaleza, corra hoy día peligro. La miel de palma en ese tiempo se extraía por montón, pero no se volvía a plantar, eso es lo importante, de eso hablamos cuando nos referimos a la sustentabilidad", sostiene Moreno. Es por eso que decidió ponerle un poco de voluntad a la recuperación y fundar en 1997, junto con su padre, la Fundación para la Recuperación y Fomento de la Palma Chilena. En adelante, y cuando en Chile habían poco más de 120 mil ejemplares de palma, ha trabajado en conjunto con un equipo completo, de la mano de diversos propietarios.
Ponerle el hombro, y concientizar, a los más grandes predios de la V Región, como el que está en El Salto o el de Las Siete Hermanas. Esa es una de las claves del proyecto, que impedirá por fin el paso de los que buscan despojar a nuestras tierras de su flora originaria.
En el Salto, por ejemplo, es tan grande la variedad de estos árboles, que sólo ahí hay más de dos mil hectáreas, víctimas más de alguna vez de lo que ha sido el ganado, que ataca a las plantas más pequeñas, y de los que saquean las ramas para hacer objetos.
Dos millones
Pasar de 120 mil ejemplares a más de dos millones y medio, incentivó al director ejecutivo de Furpach a expandir su labor, más allá de los límites de la palma Chilena.
Recuerda por ejemplo que, hombro a hombro con su padre y otros colaboradores, conformaron el grupo de bosque nativo, encargado de llevar esta cultura a las diferentes escuelas.
Ahí plantaban tres de las más diversas especies, palmas, quillay, peumos y pataguas, todo lo necesario para incentivar a los jóvenes a una vida cercana a la naturaleza. También para avanzar, de a poco, hacia su gran objetivo: Dejar fuera de peligro a la Palma Chilena.
Además, quieren convencer a los dueños de predios privados, a terminar con las plantaciones de eucalipto y pino, transitando definitivamente a lo nativo.
De esta forma, además de generar capacidad local para reproducir especies en riesgo, dejarán recursos económicos y conocimientos en las comunidades, las que deberán cuidar a largo plazo las mismas plantas que produzcan.
"La experiencia de la Fundación, en la recuperación masiva de dos especies con alto riesgo de extinción: la Palma Chilena y el Belloto del Norte, ha demostrado con resultados e indicadores tangibles, que la tarea propuesta no es un sueño loco, sino que es totalmente posible de realizar", recalca el director ejecutivo de la Fundación para la Recuperación y Fomento de la Palma Chilena.