Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso
Un acelerador lineal es un instrumento indispensable para el tratamiento del cáncer. Su objetivo es personalizar los rayos X de alta energía para que se ajusten a la forma de un tumor y destruyan las células cancerosas sin afectar el resto del tejido. En el Hospital Carlos van Buren, específicamente en su Centro Oncológico, hay dos esos aparatos, sin embargo, ya están viejitos y han dado muchos problemas en los últimos meses.
Por estos días uno de los equipos empezó a fallar, perjudicando el tratamiento de, al menos, setenta pacientes que llegaron al hospital por tratamientos curativos y paliativos. Desde entonces todo se puso patas para arriba, cuenta el consejero regional Manuel Millones
Ahora esas 1400 personas que requieren de un acelerador lineal, para mejorar su calidad de vida, tendrán que pasar al único que queda, cuyas funciones se extendieron a todos los días de la semana, desde las 7.00 de la mañana, hasta las 21.00 horas.
"No hay paciente que se haya quedado sin tratamiento pero, eso sí, tuvimos que derivar a los nuevos que han ido llegando al sistema privado. Un trámite complicado que dura tres semanas y que lo que hace es postergar la calidad de vida de la gente", afirma la doctora Ximena Quintela, del Centro Oncológico.
118 perjudicados
En total setenta fueron las personas perjudicadas por esta falla. Eso sumado a los nuevos pacientes que han ido llegando, da un total de 118 pacientes que no han podido recibir el tratamiento de forma correcta.
Así que lo importante, considerando que el año pasado había fallado el otro acelerador, es "adquirir nuevos equipos, con tecnología de punta, para hacer los tratamientos más eficientes", dice el consejero regional, Manuel Millones.
Según él hay plata para eso, lo que pasa es que falta voluntad política de parte del Gobierno Central, específicamente desde el Ministerio de Salud. El gasto para recomponer ambas máquinas, sería de unos diez mil millones de pesos (cada uno costaría entre 4 mil 300 millones y 4 mil 600 millones de pesos, según calcula el consejero regional) , equivalentes a nuevos tratamientos, mucho más efectivos y menos invasivos.
Por ahora lo que queda es que la gente siga esperando, más de lo que ya lo ha hecho. "Hay pacientes que, por más de un mes, no podrán recibir tratamiento. Cada día que pasa, para ellos, es menos vida", recalca la doctora Ximena Quintela.
Fonasa y clínicas privadas
Según cifras entregadas por la gente del Hospital, Fonasa paga mucho más por radiología a una clínica privada que a un hospital público. Dice la doctora Ximena Quintela que si a la Clínica Reñaca Fonasa le paga 900 mil por paciente en curación, esa cifra baja considerablemente cuando se trata del servicio público. Al Carlos van Buren, por ejemplo, Fonasa le paga 780 mil pesos por persona, recursos menos que son fundamentales para el desarrollo de un hospital que atiende más de 1400 tumores con acelerador lineal.