Mauricio Ortega, en un acto demencial, le sacó sus dos ojos a Nabila Rifo y, por este acto, fue condenado a 24 años de cárcel. Posteriormente los jueces legisladores le restaron 8 años por concluir ahora, que Ortega no había tenido intención de matarla.
En este aspecto pienso que, ningún juez pudo tener acceso a lo que pensaba Ortega en el momento mismo de su ofuscación, salvo el abogado que le eligieron para defenderlo. Entre ambos, debe haber salido algo razonable que complicó a los jueces. Para un hombre, extraerle ambos ojos a una persona, sobre todo si ella es mujer, es algo tan macabro que nadie, ni los verdaderos asesinos se atreven a pensar en eso. La vida de una persona entra por la vista de sus ojos, es decir, por lo que ellos ven.
El no tener vista, significa morir, pues no se puede vivir. Es como morir viviendo. Por este macabro morir viviendo, los jueces le rebajaron a Ortega 8 años de su codena
Boris Lomakin C.