Vecinos están chatos con la escala del sexo, alcohol y fiestas
La escala Héctor Calvo es antro para que cientos de personas la ocupen sin control.
Los vecinos de la escala Héctor Calvo, la cual une el plan de Valparaíso con el cerro Bellavista, están realmente chatos.
Y es que desde hace, aproximadamente, unos diez años a la fecha la escala, tránsito obligado para muchos vecinos, se ha convertido en un verdadero antro del terror. Escenas de sexo en vivo, personas bebiendo alcohol que orinan y defecan a vista y paciencia de todos se han convertido en la tónica de todos los días.
"El asunto comienza cerca de las cinco de la tarde y de ahí no para hasta el otro día. Es una cosa de locos", dice Ruth Aguirre, presidenta de la unidad vecinal número 23 del cerro Bellavista, quien junto a otros vecinos se organizaron para protestar en lo que ellos consideran un abandono por parte de las autoridades.
"La verdad es que hemos hablado con todo el mundo, pero nadie nos ha escuchado. Nosotros mismos hemos cerrado algunos recovecos de la escala, pero el tránsito por el medio es público y no podemos cerrarla", señaló Ruth Aguirre en conversación con el diario La Estrella de Valparaíso.
Las escenas de decadencia en el sector son incontables. Testigo en primera fila de ellos es el vecino Miguel Ángel Muñoz, quien junto a su familia vive hace 25 años a un costado de la escala.
"Antes no era así, todo empezó a cambiar hace unos diez años aproximadamente. Es que los comerciantes del centro les venden trago a estas personas y se vienen a tomar acá", señala Miguel Ángel Muñoz, quien agrega que "esto ocurre durante todo el día, yo lo veo de la mañana a la noche y la verdad es que ya no lo podemos soportar".
Según Miguel Ángel, las personas que se instalan a beber en la escala no tiene ningún tapujo en comenzar a hacer sus necesidades en el lugar a plena luz del día o bajo el amparo de la oscuridad nocturna.
"He visto personas defecando y orinando a diestra y siniestra. Uno pensaría que son indigentes o algo así, pero son personas jóvenes comunes y corrientes que vienen a carretear y ocupan esto como baño. Es realmente asqueroso", señala el vecino.
Miguen Ángel Muñoz también agrega que "yo vivo a un costado de la escala y muchas veces ni siquiera puedo entrar a mi casa. Tengo que andar a los tropezones con las personas y muchas veces pedir permiso para poder hacer ingreso a mi propio hogar".
El propio Miguel Ángel detalla que en varias oportunidades ha sido insultado, amenazado y hasta empujado por los sujetos que se ponen a beber y a festejar fuera de su casa. "Llegan tipos con amplificadores y ponen la música a todo lo que da", detalla el vecino, quien agrega que "si hasta cumpleaños se celebran acá. Este espacio se lo tienen tomado y se instalan hasta con perros, muchos de ellos bastante bravos que hacen más difícil el tránsito por el lugar".
Sexo en vivo
Sin embargo lo que más ha impactado a este vecino son las escenas de sexo en vivo que ha tenido que presenciar en las afueras de su vivienda. "Por lo menos en cuatro oportunidades he visto a personas tener relaciones sexuales sin ningún tipo de vergüenza en la escala. Uno les dice algo, pero como que no se dan por enterados; yo creo que ya es como mucho. Por acá transita todo tipo de personas y lamentablemente nos tenemos que ver expuestos a este tipo de cosas".
Comercio
Pero no sólo los vecinos residentes son los perjudicados con el descontrol que ocurre en la escala Hernán Calvo, sino que también los que han elegido el cerro Belivista para instalarse con algún local comercial.
Es el caso de Mauricio Painenán, dueño de un hotel en Héctor Calvo, el cual durante el último tiempo se ha visto afectado por la presencia de la delincuencia en el sector.
"Llegamos con mi familia hace dos años y la verdad es que hemos notado cómo esta situación nos ha ido afectando con el tiempo", asegura Mauricio, quien agrega que "lo más notorio es que nos cancelan las reservas sin motivo alguno. Llamamos para saber lo que pasó, pero no nos dicen nada concreto, sino que encontraron otro lugar".
Mauricio y su pequeña de siete años también han sido víctimas de la violencia que se vive en la escala. "Un día voy llegando al hotel y veo a tres chiquillas orinando en la puerta. Les digo en tono irónico qué lindo' para después decirles que dejen de hacer eso. Una de ellas me pegó un combo en la cabeza delante de mi hija. Otra me amenazaba con que no le podía hacer nada porque era mujer", detalló el comerciante, quien confirma que su cuenta de agua subió cerca de 20 mil pesos debido a que todos los días debe tirar agua en el lugar.
Los vecinos de la escala Hernán Calvo están con el ánimo por el suelo porque además los robos se han tomado el lugar.
"No se puede pasar tranquilo, porque claramente tienes miedo a que te asalten. Ya han sido varios los vecinos que han sufrido robos de sus pertenencias o han sido asaltados", señala Ruth Aguirre, presidenta de la unidad vecinal del cerro Bellavista.
Los vecinos reclaman poco resguardo policial, pese a que los llamados son constantes. Además piden a gritos que las autoridades les tiendan una mano.