Carla Olivares Rojas
Fue el miércoles de la semana pasada, mientras el alcalde de Villa Alemana, José Sabat, se encontraba en el palacio de La Moneda -en medio de la firma del convenio para la llegada de los refugiados sirios-, cuando el edil recibió una decena de llamados de un número telefónico que para él no era conocido.
El jefe comunal no contestó de inmediato, pero se dio cuenta de que se trataba de un mismo número. Al salir de la cita, volvieron a llamar y contestó: era una ejecutiva del banco Santander, ubicado en la comuna de Santiago.
"Me dicen: '¿usted vino en la mañana al banco Santander?' Le dije que no. '¿Mandó a alguien?'. Dije que no y expliqué dónde estaba. Yo y el municipio somos clientes del mismo banco, pero yo no había ido. Luego de preguntar yo a qué se debía tanta insistencia, la ejecutiva me dice: 'Lo que pasa es que vino una persona para acá pidiendo su tarjeta de coordenadas superclave'. Eso es para hacer transferencias por internet, pero eso yo eso no lo uso, no me gusta traspasar ni hacer compras por internet, yo uso el sistema antiguo, con cheque", relató el alcalde.
La ejecutiva explicó que cuando le solicitaron la huella digital a la persona que se presentó, ésta se exaltó, se alteró por la burocracia y se fue.
Otros funcionarios
El alcalde José Sabat llamó de inmediato a su ejecutiva quien le explicó que lo mismo le había ocurrido a otras dos personas vinculadas a la municipalidad de Villa Alemana. Una persona que aún trabaja en ese lugar y otra que dejó de prestar servicios hace unos años.
"La ejecutiva me dice que cree que lo que buscan es la clave de la cuenta corriente del municipio, porque coincidentemente las tres personas hemos tenido autorización de firma de la cuenta corriente del municipio", sostuvo el edil.
Al día siguiente, lo volvieron a llamar del mismo banco, pero de otra plaza donde nuevamente la persona con el carné solicitaba las claves.
"Yo le pedí que lo detuvieran porque estaban haciendo un uso indebido del carné, que hay una falsificación de firma y que probablemente se trataba de una estafa. Lo retuvieron, le retuvieron el carné, el tipo empezó a alegar y se les arrancó, pero el carné quedó en el banco", relató el jefe comunal.
Se trata de una réplica de su documento de identidad: coinciden todas las fechas y el rut, pero la foto es distinta y aunque la firma es similar, no es calcada a la del documento original.
Los números y letras de la parte posterior tampoco concuerdan con los del plástico del alcalde. Respecto del hombre de la foto, que es la misma persona que portaba el carné, José Sabat no lo reconoce y ya se dio inicio a una investigación.
"Hoy están vigentes cinco apoderados para emitir firmas y de los tres que han sido clonados, sólo yo aún mantengo esa autorización. De todos modos, la copia de la cédula mía está en todos lados, en la notaría, en los bancos, en el gobierno regional, en todos lados. Este carné nunca se me ha perdido, pero hay muchos documentos dando vueltas que tienen fotocopia de mi carné; tengo entendido que ésta es primera vez que le ocurre a una autoridad algo así. Lo bueno es que el sistema de seguridad del banco lo detectó y no entregó lo que requerían. Ahora, creo que eso no salió de la municipalidad, porque una de las personas a quien también le clonaron fue director de Finanzas y no trabaja acá hace seis años. La otra funcionaria, si bien trabaja, ya no es apoderada. Creo yo que si fuera alguien de esta municipalidad, sabría que esas personas no pueden hacer esos trámites", sostuvo el alcalde.