Fabián San Martín D.
Hoy la Corte de Apelaciones de Valparaíso resuelve si mantiene la decisión del juzgado de garantía, que ayer concedió el arresto domiciliario total al autor de un parricidio, o si acoge la apelación del Ministerio Público, que solicita la prisión preventiva al imputado que considera un peligro para la sociedad.
En la sala 4 se realizó la audiencia de control de detención y formalización de cargos, en el caso de parricidio ocurrido la tarde del 18 de septiembre en un inmueble del pasaje Santa Fe de la población El Triunfo, en el límite de los cerros Cordillera y Playa Ancha.
De acuerdo a lo expresado en la audiencia por la fiscal Magdalena Castillo, en base a relatos de testigos en la investigación de la Brigada de Homicidios, los hechos se registraron cerca de las 19.00 horas. En su habitación del tercer piso se hallaba solo Ramón Ibani Figueroa, de 68 años. A la pieza ingresó su hijo Cristián Ibani Delgado, de 40 años, quien según lo aportado por sus familiares y el imputado, era un habitual consumidor de cocaína y marihuana, que acostumbraba a pedir dinero para su vicio, situación que molestaba al progenitor, al punto que habían permanente disputas entre ambos, una de las cuales llegó a los golpes un par de meses atrás.
La tarde del "18" Cristián le llevó a su padre un telescopio. Quería dinero a cambio, pero el adulto mayor sabiendo el destino de la plata se lo negó. Como otra veces Cristián estaba drogado, y también alcoholizado tras compartir un almuerzo familiar. Extrajo un cuchillo de 11 centímetros de hoja y 9 de empuñadura. Le asestó cortes a su progenitor en el tórax y en la lengua. En medio de los forcejeos cayeron al suelo, y Ramón tomó un cable eléctrico y lo enredó en el cuello de su hijo e hizo presión hasta quitarle la vida. Con su ropa desgarrada y manchada de sangre bajó al primer piso donde reveló lo ocurrido a otro de sus hijos. "Lo maté, maté al Cristián", dijo shockeado. Llamaron una ambulancia pero estaba fallecido. Llegaron carabineros y posteriormente la BH, que tras examinar el cadáver determinó la causa de muerte como "asfixia por estrangulación por lazo".
Otro dato aportado por la fiscal en la audiencia, fue el testimonio de cercanos a los involucrados, que revelan rencillas entre ambos, por la relación amorosa que el progenitor entabló con la ex mujer de su hijo. Cuando se hallaba drogado el hijo sacaba a colación la supuesta infidelidad de su ex con su progenitor.
Por la gravedad del delito -sancionado con presidio mayor en su grado máximo a presido perpetuo calificado- y por considerarlo un peligro para la sociedad, la Fiscalía solicitó la prisión preventiva. Se opuso el defensor penal Sebastián Cáceres, porque asegura su cliente respondió a una provocación y agresión de un hombre más joven armado con un cuchillo. Arguyó se trató de legítima defensa, y que además lo benefician las atenuantes de irreprochable conducta anterior, y colaboración sustancial para el esclarecimiento de los hechos, por lo que su condena sería rebajada en dos o tres grados. Pidió la medida cautelar de arresto domiciliario total. La jueza Jeanette Oliva acogió la tesis de la defensa, en orden a que estima hubo una legítima defensa de parte del progenitor, porque su hijo bajo el efecto de la drogas y el alcohol lo atacó con ánimo de matar, y para repeler esa agresión usó el cable con trágicas consecuencias. A juicio de la magistrada no está justificado el parricidio. De todas formas la fiscal Magdalena Castillo apeló a la resolución y la Corte debe zanjar el tema. Se fijaron 90 días de plazo de cierre de la investigación.