Nicole Valverde S.
Ayer se realizó la última subasta aduanera de la Dirección Regional de Valparaíso, y todas las expectativas estaban puestas en el lote 269, con una de las especies de mayor valor, un bus de pasajeros del año 2015.
Tal como lo lee, un bus articulado e híbrido (eléctrico+diésel), como los del Transantiago, marca Volvo, con radio, Wi Fi, capacidad de 41 asientos, extintor, acceso para personas discapacitadas y aire acondicionado, entre otras especificaciones.
Pero lo más llamativo es que la postura mínima era de $28.361.000. Por lo que -antes de ser rematado-, el bus estuvo en exhibición en los almacenes extraportuarios Sitrans en la comuna de San Antonio.
El jefe de subasta de la Dirección Regional de Aduana de Valparaíso, Arturo Veneros, aseguró que habían personas interesada del rubro motelero, del transporte, y del divertimento también.
De paseo en bus
Hasta que llegó el momento. Todos los ojos se posaron sobre el martillero público. Quien comenzó con la descripción de este singular lote.
El único que levantó la mano fue don Alberto Barroso, quien estaba muy tranquilo sentado en la banca de la primera fila.
"¿Alguien más?", preguntó el martillero. Nadie se manifestó. "Vendido en $28.361.000", y sentenció la venta con un sutil martillazo en la baranda de su estrado.
De inmediato don Alberto fue rodeado de personas. ¿Ofertas?, ¿tratos?, ¿negocios?. Quién sabe.
Luego de acercarse a la ventanilla para pagar su nueva adquisición, le preguntamos qué haría con su bus oruga.
"Yo no venía a comprar el bus. Lo vi, me gustó, y pensé, 'ese bus debe valer más de 100 millones de pesos'. Y como nadie puso el mínimo, yo puse el mínimo. Pero si alguien ponía un peso más yo no me lo llevaba", confesó.
Y agregó entre bromas: "Ahora lo voy a usar para salir con la familia". Aunque un poco más serio concluyó que lo más seguro es que lo venderá a algún empresario del rubro del transporte, o cualquier otro, que le de un nuevo uso a su bus oruga.
Expectativas cumplidas
La jornada avanzaba rápido para los entusiastas postores. Mientras el jefe de subasta, Arturo Veneros, reconoció que si bien se ofertaban pocos lotes, se cumplieron las expectativas que habían planificado.
"Y recaudamos el mínimo que teníamos planteado. En total, se presentaron 270 lotes, pero se terminó ofertando 229 lotes al día de hoy (ayer). Y los oferentes hay estado pujando por las mercancías que están interesados. También se nota en los rostros de la gente que quedó conforme con la mercancía, y los precios que han sacado".
Revancha de juguetes
Quien se retiró más que contento de la subasta aduanera porteña, fue Nicolás Ortiz, quien viajó junto a su esposa y tres hijas pequeñas desde Santiago, para comprar unos lotes de juguetes y artículos navideños que no alcanzaron a ofertar en la subasta pasada.
Esta vez, la familia se quedó con todos los lotes que necesitaba, que en conjunto le valieron una inversión de aproximadamente 3 millones de pesos.
"Hicimos una inversión porque ahora que viene Navidad, nos sirve para mercadería, ya que nosotros con mi señora somos comerciantes", dijo Ortiz.
Pero las más contentas con las ofertas de sus padres son las tres hijas que tendrán juguetes y vestidos nuevos para estrenar este fin de año. Ya que uno nunca sabe las sorpresas que vienen en cada lote de la subasta aduanera.