La generación que cumple con el hábito de ir a votar
Criados en una época más participativa, las glorias de la ciudad puerto no claudican en su sagrada tradición de manifestarse en las urnas.
En las elecciones presidenciales de 2013, se registró un lamentable 49% de participación de la ciudadanía, y pese a las esforzadas campañas para incentivar el voto voluntario, todo apunta a que este año se va a repetir la tendencia. Las nuevas generaciones votan por "noestoyniahismo".
Desde su ancestral reparadora de calzado, se convirtió en el rostro de una campaña de la Cámara de Diputados. Carlos Villarroel, porteño hasta los huesos, fue la voz de una cruzada que incentiva la obligación cívica más importante de la ciudadanía: asistir a votar.
El año 1964 ya tenía 21 años de edad, lo que significaba que podía inscribirse en el registro electoral para sufragar en las elecciones.
En aquellos comicios, Eduardo Frei Montalva se impuso en las urnas para gobernar al país, y fue su primera experiencia como votante. Lo hizo en un colegio de la avenida Argentina, y nunca perdió el hábito de manifestar su opinión, a través de su voto.
Después del retorno a la democracia, fue reubicado a la mesa 12 del colegio Leonardo Murialdo. "Me queda un poco retirado para votar, pero hay que ir igual, aunque ahora no sea obligación ir a votar, uno va a cumplir con su deber cívico", menciona.
Él mismo explica que "la gente no tiene fe en la política y no quiere votar, sobre todo los jóvenes".
Votar para reclamar
"Esa gente que reclama: 'Que este no hizo nada, que este viene a puro robar', tienen que ir a votar para poder opinar algo. A mis nietos siempre les digo que tienen que ir a votar, felizmente a todos les gusta cumplir con su deber", acota don Carlos, y agrega: "Es como en lo deportivo, yo soy evertoniano, y cuando discutimos de fútbol saco el carnet de socio para poder hablar. Es lo mismo con esas personas que no van nunca al estadio y reclaman porque el equipo no juega bien. Esos son los que más pelean".
"un desastre"
El mítico historiador porteño, Archibaldo Peralta, menciona que la razón detrás de la abstención es una sola: la ley del voto voluntario. "Es un desastre", sentencia.
El historiador comenta que "El chileno es del rigor, obedece al rigor", argumentando que antes de la puesta en marcha de esta ley, era mucho mayor la participación de la gente.
"Uno debería decir, 'Si yo no voy a votar, van a elegir al que yo no quiero que elijan'. Así que pronúnciese, vote por el que usted quiera, que este país siga adelante con quien quiera", invita don Archibaldo.
Adentrándose en la génesis del actual panorama electoral, el historiador reconoce en la ausencia de la educación cívica -ya sea como ramo en el colegio o como opción personal- la gran carencia de la sociedad chilena.
"Esto tiene una raíz. La raíz más profunda es que se extinguió la hora de educación cívica en los liceos. De ahí ya viene que la gente no sabe que cuando uno vive en este país, y profesa alguna religión, pertenece a algún partido político o forma parte de un club deportivo incluso, tiene responsabilidades", apunta.
Campaña del servel
Por estos días, el Servel ha estado impulsando una campaña a nivel nacional para incentivar el voto voluntario, de cara a las pobres cifras de participación que se han registrado en los últimos comicios. "Esta es una situación que nos preocupa, y como Servicio nos hacemos cargo mediante esta campaña. En ella, hacemos un enérgico llamado a cada uno de los electores a concurrir a las urnas y ejercer su derecho a sufragio", subrayó el director del Servel, Raúl García Aspillaga.