Heroico transportista salvó a niños antes de morir de infarto
Cuando se sintió mal, "Tío Ale" pidió a escolares que se afirmaran antes de subirse a la vereda y chocar a baja velocidad con un árbol. Por casi una hora trataron de reanimarlo. "Era un hombre ejemplar", dicen sus colegas.
Una loable reacción antes de morir tuvo ayer un querido transportista escolar de cerro Los Placeres.
Pasadas las 07.00 horas Rubén Alejandro Riquelme Silva, de 54 años, descendía por la calle San Guillermo en un furgón Kia Besta, patente XT-8858. El conductor llevaba a 16 escolares a sus respectivos planteles estudiantiles, y antes de llegar a la intersección de calle Paula Jaraquemada sintió un fuerte dolor en su pecho, por lo que avisó a los menores que se sentía mal y les pidió que se afirmaran de sus asientos ante la inminencia de un fuerte impacto.
Salieron ilesos
Como pudo el chofer se orilló hacia la derecha para detenerse, pero se desplazó hacia la vereda para terminar chocando levemente contra un árbol. Dejo la rueda delantera izquierda apegada a la base de la especie, y asi no siguió en rodada por la pendiente.
Testigos sacaron a los asustados niños que minutos después fueron retirados por sus padres y apoderados. Lloraban por la situación y al ver a su querido "tío Ale" desvanecido, asistido por terceros. Una vecina con conocimientos en enfermería, y más tarde paramédicos del Samu Litoral trataron de reanimarlo. Las maniobras de resucitación se extendieron por cerca de 45 minutos, pero el conductor perdió la vida por un ataque cardiaco. "Testigos indicaron que cuando sintió el problema de salud disminuyó la velocidad, y en todo minuto trató de que no se ocasionara un accidente. Quedó confinado entre un árbol y una casa", explicó el mayor Roberto Saravia, jefe de la Tercera Comisaría Norte.
Los carabineros alertaron del suceso al fiscal de turno, Juan Ignacio Sepúlveda, quien no dispuso que el caso fuera investigado por peritos de la Siat, sino que el cuerpo fuera derivado al Servicio Médico Legal para la autopsia, trámite que recién se cumplió pasadas las 10.00 horas. El cadáver estuvo en el suelo tapado con una frazada y acompañado por desconsolados familiares y amigos.
A raíz del siniestro, la única lesionada fue la escolar E.I.V.V., de 7 años, a quien en el hospital Carlos Van Buren le diagnosticaron un "eristema frontal" de carácter leve.
Colegas tristes
A medida que se fue conociendo la triste noticia del deceso del "Tío Ale", como le llamaban de forma cariñosa, llegaron sus colegas del Sindicato de Dueños de Transportes y Turismos Escolares (Sidute), el que integró durante varios años.
Todos coincidieron en las cualidades profesionales y personales del extinto, pionero en el tema del transporte escolar en cerro Los Placeres. "Era de los más antiguos transportistas de Valparaíso. Un hombre ejemplar, excelente tío, muy responsable y tranquilo. Venía bajando y le dijo a los niños que se sentía un poquito mal. Atinó a tirarse al lado con la camioneta, no iba a exceso de velocidad como han señalado algunos comentarios mal intencionados. Lo vamos a despedir como se debe despedir a un colega... sobre todo a él", dijo Francisco Olguín con la voz quebrada por la emoción.
"Era pionero en el gremio y dirigente del club deportivo Placeres, donde también jugaba a la pelota. Muy conocidísimo en el cerro. Llevaba al plan a niños de varios colegios", comentó su colega Claudia Chinchón.
"Cuando se sintió mal le pidió a los niños que se afirmaran y trato de poner lo más a salvo posible el vehículo con los niños, sobre el infarto que tenía en su momento. Era un tío espectacular, que manejaba muy bien. No se puede decir que fue imprudencia de tránsito, fue cosa del destino. Lo sentimos harto porque lo queríamos mucho. Es una pérdida irreparable, era un tío espectacular", remarcó Patricia Vargas. "Mis hijas cuando estaban chicas él las transportaba. Es una lástima que se haya ido porque era muy serio y responsable", acotó Néstor Rojas. "Para mí que hizo algo único en Chile como fue el de transportar a una vecina mía desde kinder a cuarto año medio", añadió otro ex colega que lo llora.
"Es lamentable lo sucedido. Hemos escuchado comentarios negativos que iba a exceso de velocidad y no fue así. La prueba está en el vehículo que casi no tiene daños y los niños salvaron ilesos. Un infarto le puede pasar a cualquier persona en cualquier momento. Nos preocupamos de nuestros vehículos y de nuestra salud para que los niños anden con seguridad. Estamos orgullosos de decir que en Valparaíso somos de las ciudades con menos accidentes en transporte escolar", enfatizó Patricio Beltrán, otro socio de Sidute.