Matías Valenzuela
Dicen estar impactados y shockeados por lo que les pasó. Un grupo de cinco hermanos acusa negligencia del Cementerio N° 3 de Playa Ancha, tras haber visitado la tumba de su madre y notar, con sorpresa, que no estaban la lápida, el cajón, ni su mamá. El nicho estaba vacío.
Los cinco hermanos Riquelme Montenegro (Yeisi, Carlos, Silvia, Eliana y Elena) dicen estar indignados con la sorpresa que los asaltó el día domingo en el cementerio playanchino. Según cuentan ellos mismos, sus dos padres están sepultados en dicho camposanto. En 2001 enterraron a su padre Carlos Riquelme y cuatro años más tarde vino el turno de su madre, doña Silvia Montenegro.
Los hermanos, provenientes del cerro Las Cañas, explican que están pagando un nicho perpetuo para su madre y que estaban tramitando la reducción para que su padre fuera trasladado junto a su madre, pero antes de que se pudiera materializar esa operación, se encontraron con este imprevisto.
Cada quince días
Yeisi, Carlos, Silvia, Eliana y Elena se turnan para acudir cada quince días a visitar las tumbas de sus padres y cambiar las flores. El domingo recién pasado fue el turno de Yeisi y Elena. Cuando se acercaban al cuerpo C del cuartel H, notaron con estupor que el nicho de su madre estaba vacío.
"Al llegar al cementerio y encontrarse con la lápida desprendida, y con el nicho totalmente abierto, nos llevamos una seria impresión al ver el estado en el que se encontraba", comenta Carlos Riquelme, uno de los hermanos.
Tras reclamar a los trabajadores del cementerio y luego de una serie de explicaciones y ajetreos, les informaron que los restos de su madre habían sido trasladados a otro sector del cementerio. Estaba al fondo del recinto, a varios metros del cuartel H, en un depósito sin lápida ni identificación, junto a los restos de otras personas.
Esto enfureció a los hermanos, pues nunca fueron notificados o consultados sobre un eventual traslado. Además, aseguran estar pagando para mantener de manera perpetua el nicho en cuestión, versión que el cementerio desmiente (ver recuadro).
"Es un nicho perpetuo, el cual no debiese haberse tocado. Los comprobantes de pago dicen que esto se estaba pagando, que había un contrato por medio y que era un nicho perpetuo", comenta Carlos y recalca en el dolor que sienten como familia ante este hecho.
"Es una cosa que nos afectó de lleno. Ellas (sus hermanas) me llamaron llorando, casi se desmayan. Se llevaron una tremenda impresión al ver el nicho vacío, la primera que vino pensaba que se había equivocado de cuartel, porque nunca pensó que la podían haber movido", comenta el porteño, adelantando que ya están estudiando como interponer acciones legales contra el cementerio.
"Vamos a llegar a las últimas consecuencias", sentencia.