Nicole Valverde S.
Atodos y todas nos pasa que acumulamos cosas que ya no utilizamos. Ropa, zapatos, accesorios de todos los tipos, artículos de la casa, libros, juguetes, entre otras cosas. Las guardamos con la idea de volver a utilizarlas en algún momento. Pero, ¿a quién queremos engañar?. La verdad es que la mayoría de esos objetos quedan olvidados en el clóset, y finalmente terminan en la basura.
Es por eso que en su estadía en Europa, Jorge Rojas hijo, gerente comercial de la Corporación de Ayuda a Niños con Quemaduras (COANIQUEM), quedó maravillado con las tiendas solidarias, que básicamente venden las cosas que la gente dona voluntariamente, para que sean puestas a la venta y todo el dinero recaudado va directamente en ayuda de alguna fundación que asiste a la gente de forma gratuita.
Sentido solidario
La idea de tienda solidaria y ropa con sentido social fue replicada aquí en Chile por COANIQUEM. Y en la región de Valparaíso ya se han inaugurado dos: una en San Felipe y otra aquí en la Ciudad Puerto. Mientras que a nivel nacional son siete en total.
Según María Ignacia Pizarro, directora regional de COANIQUEM, las tiendas solidarias "por un lado permiten el reciclaje y darle una segunda vida a cosas que tal vez podrían haberse ido a la basura. Y por otra parte, en la tienda de Valparaíso trabajan sólo tres personas contratadas por COANIQUEM, y todos los otros son voluntarios. Esta tienda vive del voluntariado y la solidaridad".
Además, Pizarro nos adelanta que hay mucho interés en abrir una tienda en Viña del Mar.
En valparaíso
Fuimos hasta calle Condell 1422, donde se ubica la tienda solidaria porteña. Llama la atención de que siempre hay gente vitrineando.
Nos recibe Jacqueline Monterríos, su jefa de tienda, quien nos cuenta que los porteños y porteñas han enganchado súper bien con la idea de la tienda solidaria.
"Nosotros seleccionamos todas las cosas que se donan a la tienda, y de ahí las ponemos a la venta, obviamente que con un costo bastante bajo. Y la gente que dona ya viene con la idea de que son cosas que sirven pero ya no ocupan, porque nosotros no recibimos basura", explica la encargada.
Y agrega que "esta tienda es chiquitita pero cumplidora porque tenemos un rinconcito para cada cosa. Por ejemplo, si tú compraste un juego de loza, y se te fueron quebrando los platos, y quedaste con dos, si están en perfecto estado la gente puede traerlos para acá y aquí los vendemos".
Público variado
Jacqueline destaca que el público que ingresa a la tienda a vitrinear es muy variado. Desde jóvenes que están armando su casa y necesitan un par de vasos, y algún que otro utensilio o artículo de decoración.
También compran libros, que se venden bastante más baratos que en una librería. Y por supuesto que el fuerte es la ropa y el calzado, que a todas luces está a precios más bajos y convenientes que en cualquier otra tienda común y corriente.