Comedores: marcha lenta e inseguridad
Locatarios gastronómicos también se quejan del mal tiempo y por el descuido de las autoridades.
En la segunda planta del Mercado Cardonal, los aromas invitan a los manjares porteños en estos comedores que hacen oda a la criollo.
Detrás de los fogones, Juan Ricardo Neira, encargado de 'Cocinería Poly' (su hermano es propietario), también fue afectado por el incendio. Cuenta que tienen 27 años de trayectoria como "sanguchería" y tres al complemento de la cocinería. Para Juan, este verano ha estado lento, al ritmo de los días nublados: "La gente sale poco. Nos sentimos abandonados por las autoridades en ordenamiento y el control de la delincuencia".
A su criterio, y con cifra al pulso, Neira asegura que en su local han registrado un 60% menos de ganancias con respecto a igual período del 2017. Acerca de febrero, confiesa que los números no les dan. Pese a ofrecer suculentos bocados: cazuelas de vacuno (que la entregan en un plato especial con ensalada a la chilena, por 3500 pesos), lo mismo que guatitas y prietas. Todo en un comedor que alberga 10 mesas. " Pero nos tocó las vacas flacas", acota.
Lo mismo opina Lucía Molina Rojas, dueña de la Marisquería La Granja. "Antes era un boom de gente, pero como nos quitaron la fiesta que se hacía en Muelle Barón, nos afectó el Año Nuevo. Enero fue malo, malo. Los turistas se están yendo". ¿Causa? "Valparaíso lo mantienen en alerta roja en seguridad, estamos mal catalogados como ciudad. Para colmo la vaguada nos ha perjudicado". Evalúa un 75% en pérdidas respecto a enero del año pasado. Y en febrero, "algo repuntamos a partir del 8, pero volvió a bajar la afluencia de clientes". Difícil de entender en La Granja con su especialidad, los mariscos: Paila Granja (plato estrella), con ostiones más dos pedazos de congrio a 9 lucas; o Paila Chilota (mariscos y carnes, como longaniza y pollo), a 13.500 y para dos personas.
Todo pasando
Luis Francisco Reyes es propietario y cocinero de 'El Rincón de Pancho'. Con 20 años de trayectoria en el Mercado Cardonal y experiencia en grandes hoteles, así como chef de cocina en restaurantes, sigue viento en popa con lo que aquí ha sido su sello: la comida criolla casera. "La cocina es lo mío. Nos ha ido muy bien". Con capacidad para 200 personas, dice que no "buscamos a nadie, esto se llena: le ponemos cariño al sabor". Como su pastel de choclo a 4.500, y merluza tradicional traída de las caletas Membrillo y Portales, a 4.200 pesitos con ensalada surtida, incluso agregado puré o arroz. Santiago Ulloa y Mercedes Quiñones, pareja de porteños, son fieles al 'Rincón de Pancho': "Acá nos venimos a comer un rico mariscal. La lleva El Cardonal".