Nicole Valverde S.
Mientras Mauricio Monje tallaba el durmiente de madera, por el año 1997, siempre supo que esa obra inspirada en la ciudad Puerto estaba destinada para algo: un pasaje que le permitiría alcanzar el sueño de la casa propia.
Es el primer tallado que hizo en su vida, y lo trabajó únicamente con un cuchillo mantequillero, un martillo, y puro corazón. En ese entonces, Mauricio no sabía que tenía habilidades para el tallado.
Termita carpintera
Recuerda que en ese tiempo él y su esposa, Jacqueline Castro, tenían muchas necesidades. Vivían en cerro Placeres, tenían un hijo pequeño, y no contaban con estabilidad laboral.
"En ese entonces yo edifiqué un segundo piso con unos durmientes que le dieron a mi mamá desde la Municipalidad de Valparaíso. Después la familia se agrandó, y tuvimos que hacer una ampliación en la casa, y este durmiente quedó dentro de la ampliación. Yo siempre lo miraba y pensaba qué podía hacer con él", recuerda Mauricio.
Y agrega: "Un día me vi muy afligido buscando la forma de obtener recursos para salir adelante con mi familia. Y me decidí tallar el durmiente, aunque nunca antes había tallado. En ese tiempo yo ni siquiera tenía herramientas, por eso lo tallé todo con un cuchillo de mantequilla. Y las terminaciones las hice con atornilladores de paleta chiquititos. De hecho, a un primo le gustó tanto la historia que me pidió que le regalara el cuchillo que al final quedó chiquitito".
Ciudad de madera
La primera figura que Mauricio talló a pura intuición en el durmiente fue un indígena piel roja, inspirado por su pasión por las películas antiguas.
"Así partió todo. Estuve un día completo tallando el indio. Y me gustó mucho. Los días siguientes yo me quería levantar temprano para ver qué más podía hacer. Hasta que me decidí por Valparaíso".
Fue así que el durmiente de madera dio vida a los ascensores, casas, el reloj Turri, el monumento a los Héroes de Iquique de plaza Sotomayor, las grúas del Puerto, la iglesia La Matriz, escaleras, el ascensor Polanco, el trole, e incluso el icónico y desaparecido mercante "Río Rapel" que varó en Caleta Portales durante un temporal ocurrido la madrugada del 5 de junio de 1992.
Son dos metros de un Valparaíso y sus recovecos de madera que destellan vida detrás del barniz.
La obra estuvo terminada tras un año y ocho meses de trabajo, en que Mauricio bajaba al plan para fotografiar su próxima figura a tallar de su ciudad Puerto vertical.
Hoy Mauricio tiene a la venta su primer y más preciado trabajo. Dice que no siente pena de venderlo, sino más bien nostalgia de recordar que cada día que golpeaba el cuchillo mantequillero con su martillos, pensaba en que más tarde que nunca le echaría mano a un pilar de su casa propia.
COMPRADORES INTERESADOS
Si usted es amante de Valparaíso, y le gustaría adquirir ésta exclusiva obra tallada en madera puede contactarse directamente con su creador Mauricio Monje al teléfono móvil +56 9 75107956. El precio base de la escultura, que mide 2 metros de altura, es de 1 millón y medio de pesos. Por otro lado, Mauricio también ofrece servicios de carpintería y otros trabajos de tallado a pedido.