Científicos chilenos: en la huella de la predicción de terremotos
Se trata de un mecanismo para predecir grandes sismos, en Chile, con hasta 39 días de anticipación. Funciona a través de estaciones de monitoreo, en Santiago, Antártica y Arica.
De entrada, prefiere no hablar de derivadas ni cálculos. Sí, así lo prefiere, de quien le enseñó mecánica racional: Nicanor Parra, el antipoeta universal. "Fui muy amigo suyo".
Al otro lado de la línea en contacto con La Estrella, Enrique Guillermo Cordaro, magallánico, del Departamento de Física de la Universidad de Chile, hoy, su nombre, para entendidos en la materia, es motivo de orgullo nacional. Su descubrimiento, de peso internacional: logró cimentar un primer paso en la posibilidad de predecir los sismos. Megaterremotos con hasta 90 días de anticipación (promedio).
Eso en una relación entre las variaciones geomagnéticas de la Tierra y temblores ocurridos en los últimos años en el país.
Tanto fue el reconocimiento, que la revista científica Annales Geophysicae, de la Unión Europea de Geociencias, lo publicará en su próxima edición. Un trabajo que demandó al académico de la de la Chile cerca de ocho años desde su génesis y tres de recolección y análisis de datos. Para aterrizar dicho hallazgo, logrado en parte -reconoce- gracias a su equipo de trabajo que componen Patricio Venegas, estudiante a punto de graduarse de geofísica y David Larousse, de la Universidad de Tarapacá, recurre a los grandes sismos.
A saber: Tailandia 2004 con magnitud 9.3 (casi 300 mil muertos). Chile 2010 con magnitud de 8.8 (decenas de víctimas y 2 millones de damnificados). Japón 2011 con magnitud de 9 (15 mil muertos). Y un hecho en común: todos afectan el campo magnético de la Tierra. Su fuerte.
Campo magnético
En esos casos, los investigadores, -que incluso de acuerdo a la agencia EFE- pudieron observar cambios bruscos en el campo magnético cercano a dichos lugares antes del terremoto, produciéndose oscilaciones que terminaban justo cuando ocurría el sismo. Fenómeno que permite definir un tiempo de espera entre el cambio brusco y el término de las oscilaciones que fue del orden de un mes para el terremoto en Chile, que alcanzó una magnitud de 8,8 grados Richter.
De hecho, en un comunicado, los científicos afirmaron que "es un punto de vista nuevo que no ha sido explorado en tierra y concuerda con otros estudios recientes llevados a cabo con satélites".
Predicciones
Acerca de las predicciones, el físico amigo de Parra afirma que en Chile está del orden de 39 días. En Sumatra de 100 días. Japón de 35 días. "Es importante que después que se bajan los valores del campo magnético, se termina la frecuencia y vienen los terremotos. Dos horas después. ¡Por eso los europeos se volvieron locos con estos sudamericanos!".
Su propósito: profundizar relación entre geomagnetismo y movimientos sísmicos. De allí su análisis a los últimos tres grandes terremotos ocurridos en Chile: Maule en 2010 (8.8 Richter), Iquique 2014 (8.2 Richter) e Illapel el 2015 (8.3 Richter).
Pero para ello, una piedra de tope al camino: el financiamiento. Cordaro corrobora afligido: "El resto del personal (que eran tres personas) me lo echó un decano porque ganaban, en total, ni 900 mil pesos... Necesitamos que nos apoyen: hablamos de instalar un observatorio de 30 millones de euros".
A través de estaciones de monitoreo localizadas en Santiago (Cerrillos), la Antártica y Arica (Putre, al lado de la triple frontera), el profesor ratifica que el campo magnético se está debilitando en el hemisferio sur. De hecho, añade que en ocasiones de se presentaba una frecuencia distinta. "Diferente. Miramos la zona: nos dimos cuenta que el campo magnético de la zona bajaba. Esto no producía ningún aviso: te podía decir viene. Pero acá empezaron a mirar la frecuencia que tenía la onda y descubrimos que tenían valores muy específicos. Sacamos exactamente la misma onda con Sumatra y Japón: nos dimos cuenta que era universal".
Para Cordaro, es importante que después que se bajan los valores del campo magnético, "se termina la frecuencia y vienen los terremotos. Dos horas después". Y agrega al detalle: "Cuando las ondas se detienen, dos o cuatro horas después vas a tener terremoto. No importa donde estés, el rango de onda es igual para todas las placas. Eso fue lo que a los europeos y japoneses les volvió loco, porque además le reafirmamos sus mediciones hechas con satélites", dijo Cordaro.