Priscilla Barrera Ll.
Desde comienzos de los años '90 que Patricio Vilches Arancibia tiene su kiosco de yerbas medicinales en calle Quinta, entre Arlegui y Valparaíso en pleno centro de la ciudad jardín.
Aunque el pequeño comerciante quisiera poder renovar su local que ya evidencia el paso de los años, hasta ahora no ha podido hacerlo por trabas burocráticas.
Lo que más le preocupa es la vulnerabilidad de la estructura, la que ha debido reforzar con planchas metálicas y ahora último con 3 cadenas que "abrazan" al local, todo a causa de continuos robos que en tres ocasiones lo han dejado sin mercadería.
"Me han robado en tres oportunidades. En una semana me robaron dos veces. Se llevaron todo, además de romper el kiosco. La mercadería apareció después en Quillota con Arlegui, se llevaron a una señora detenida, pero nadie responde por nada", detalló Vilches agobiado con la situación.
Encadenado
El kiosco encadenado no pasa inadvertido y aunque le toma tiempo cerrar y abrir su "boliche", prefiere darse el tiempo para evitar los robos. El sistema ha resultado estéticamente cuestionable pero efectivo.
"Tuve que ponerle tres juegos de cadenas para rodearlo entero. No me han robado hasta ahora. Reforcé además con latas aceradas y doble fondo", detalló el comerciante.
Patricio Vilches cuenta que en cada robo, los antisociales se han llevado toda la mercadería, aunque preferentemente se llevan los aceites de cannabis y otros productos de mayor costo.
Porque en el kiosco de Patricio, hay desde yerbas medicinales hasta cremas, jabones y cápsulas. Todo en la línea de la llamada "medicina natural o alternativa". Sus clientes, precisa, son preferentemente naturistas, adultos mayores e incluso médicos.
"El público es bien variado. Antes los adultos mayores eran los más fieles, pero ahora hay mucha más gente que está optando por la medicina natural", destacó Patricio.