A puro ñeque y corazón
Everton rescató un punto que si bien no lo saca de la parte baja en la tabla, al menos le muestra el camino a seguir...
No fue un resultado ideal para el aún complicado elenco de Everton y menos bajo las circunstancias en que desarrolló el segundo tiempo (la tarde del sábado en Sausalito), en donde los hispanos jugaron con un hombre menos desde el minuto 52. No obstante, bajo el sombrío panorama con que llegaban los viñamarinos a este encuentro (colistas absolutos y con cinco derrotas al hilo), el 1-1 ante la Unión Española no puede ser considerado del todo malo para los dirigidos por Pablo Sánchez.
Es cierto, Everton fue superior a su rival (qué timorato el planteamiento visitante) y mereció quizás, una mejor suerte. No obstante, el nerviosismo, la presión y los fantasmas que asoman recurrentemente entre los jugadores Oro y Cielo, les han impedido volver a sumar de a tres. Aquello, al margen de las carencias propias de un plantel con pocas variantes y que a ratos es muy reiterativo en sus fórmulas de ataque, lo que convierte a Everton en un equipo predecible. Y por lo demás, al ser colista... ni siquiera la suerte les acompaña. ¿Suerte en qué sentido?: En que la visita, en su primera aproximación al arco de Lobos, les convierte el 1-0. Errores eso sí, evidentes. Y una vez más tras un lanzamiento de esquina, tal como sucedió en La Cisterna y Concepción. Ahora, la falla en la marca fue del mexicano Venegas y el gigantón Ramiro González, que la clavó abajo con un frentazo esquinado y casi desde el punto penal (32'). Minutos después, el argentino Cuevas salvó jabonado de una posible expulsión (le entró muy fuerte a Tello) y sin merecerlo, los viñamrinos se fueron en desventaja al descanso.
A puro ñeque
Tras el descanso -y pese a la adversidad- Everton salió con una actitud renovada y mejorada. Los 11 futbolistas de azul y amarillo no querían volver a salir derrotados y se jugaron todas sus opciones ante un rival que se conformaba con la ventaja mínima. Y si la Unión Española ya cedió el terreno estando 11 contra 11, tras la expulsión de Israel Poblete a los 52', la orden fue... a "colgarse del travesaño".
Y fue en esos momentos cuando Everton sacó a relucir un gran empuje y mucho corazón. El equipo -sin mucho fútbol, ni ideas- se jugó sus cartas y por ello que llegó el empate de Patricio Rubio (73'), quien conectó sólo frente al arco tras un córner servido por Venegas y que pivoteó Suárez en el vértice del área.
Al final, un punto que no saca a Everton de los últimos lugares, pero que sí les muestra un camino a los dirigidos por Pablo Sánchez, quienes, con la entrega mostrada el sábado, más pronto que tarde debería remontar en la tabla de posiciones.