¿Quién, después de una larga jornada de trabajo y con pocas horas de sueño a cuestas, no ha sentido un intenso dolor de cabeza? La persona que diga que no claramente es un afortunado, porque ésta es una de las molestias más comunes en todo el mundo. Sólo basta mirar la gran popularidad que tienen medicamentos como la aspirina y el paracetamol, para comprobar esa teoría. Pero antes de analizar los factores que pueden gatillar el dolor, debemos hacer una distinción entre la cefalea y la migraña (también conocida como jaqueca).
La primera generalmente produce tensión alrededor de la cabeza y, en algunas ocasiones, ese dolor se expande, produciendo molestias incluso en los hombros. Entre las causas más comunes están el estrés, los factores hormonales, alimentos como chocolates, frutos secos, quesos fermentados, y el alcohol. Ésta, detalla Gonzalo Matamala, neurólogo y docente de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, se debe a "múltiples causas, la mayoría benignas, siendo la más frecuente la llamada cefalea tensional. Sin embargo, en ocasiones su causa puede ser grave".
En el caso de la migraña, indica Marianella Hernández, neuróloga de clínica Ciudad del Mar, ésta es ocasionada por "la inflamación de los vasos sanguíneos y las arterias del cerebro, se presenta con un dolor punzante e intenso, comúnmente se sitúa sólo en un lado de la cabeza, incluyendo el rostro, y suele estar acompañada de náuseas o -en ocasiones- vómitos y fotofobia (molestia con la luz), interfiriendo muchas veces en las actividades cotidianas e imposibilitando su ejecución".
Matamala agrega que este cuadro neurológico además "está acompañado de sonofobia (molestia con los ruidos), visión de luces o 'candelillas' (fotopsias) o patrones de colores (espectro de fortificaciones). Tiende a aliviarse al dormir y suele dejar cansado al que la padece después de ceder el dolor. Tiene un origen mixto, entre factores genéticos y ambientales".
¿Cuándo preocuparse?
Aunque el dolor de cabeza sea común, existen señales de alerta que nos deberían llevar a consultar con un médico. Las principales son: cuando el dolor es severo, se instala de manera súbita (en segundos) y es inhabilitante, por lo que se aconseja ir a un servicio de urgencia; cuando hay nula respuesta de analgésicos habituales; cuando el dolor tiene características diferentes a los habituales; cuando está asociado a otros trastorno neurológicos, como pérdida de fuerza, visión, sensibilidad de un lado del cuerpo o con dificultad para hablar; cuando hay fiebre o vómitos; cuando se presenta en paciente sin antecedentes previos de migraña; o cuando hay convulsiones sumadas al dolor.
Matamala advierte que en los casos de inicio súbito y de gran intensidad se debe descartar una hemorragia por la ruptura de un aneurisma arterial. Otras problemas graves que podría acarrear el dolor de cabeza, si no se trata a tiempo, "son meningitis, tumores cerebrales, trombosis venosa cerebral, hidrocefalia y otras hemorragias intracraneanas. Sus complicaciones estarán dadas por la magnitud de éstas, la localización y la prontitud de un buen diagnóstico y tratamiento".
Diagnóstico
Marianella Hernández indica que los exámenes dependen directamente de la sospecha; entre los más comunes se encuentran los de imagenología, como scanner de cerebro, angiotac del mismo y cuello, resonancias y angioresonancia de cerebro y cuello. "Por otro lado, encontramos los exámenes funcionales, como electroencefalograma, doppler transcraneano o incluso realización de punción lumbar para el estudio directo del líquido que baña al sistema nervioso", añade.
El tratamiento para el dolor dependerá directamente de la causa que lo esté gatillando. Generalmente se aborda de manera integral, con énfasis en la prevención: tratamiento médico diario y permanente, el cual puede extenderse por 3, 6 o 12 meses, dependiendo de la evolución del paciente; tratamiento médico para el dolor agudo en caso de crisis, donde se identifican los distintos escalones del dolor para el manejo oportuno; e identificación y manejo de los gatillantes del dolor.
Para combatir un dolor de cabeza de origen tensional, se pueden realizar ciertas prácticas que ayudan, como dormir el tiempo necesario (en promedio, 8 horas los adultos); realizar ejercicios de actividad leve a moderada, a lo menos 2 veces por semana; hidratarse correctamente todos los días; alimentarse de manera saludable, sin saltarse comidas; y realizar actividades que permitan distraerse.
Todos alguna vez hemos experimentado ese molesto
cuadro, que frecuentemente es asociado a personas
sometidas a estrés o a una fuerte presión. Pero cuando
la molestia es repentina, y está acompañada de otras
señales, podría ser el aviso de una patología mayor.
DR. GONZALO MATAMALA.
Mirian Mondaca Herrera
salud@estrellavalpo.cl