Matías Valenzuela
Un día cualquiera, Francisco Cepeda, se bajaba de la micro, y sintió un tirón en su tobillo derecho que le causó una inmediata inflamación. Sus padres pensaron que se trataba de una fractura o esguince, pero luego de varias visitas médicas fueron informados de que se trataba de un complejo y extraño tipo de cáncer a los huesos.
Sarcoma de Ewing, es un tumor óseo que afecta a una mínima parte de la población juvenil, y que aún está en fase de estudio.
Cuando venían de vuelta de una de las consultas médicas en Santiago, Francisco sufrió un fuerte dolor de cabeza y al día siguiente decía que veía doble.
"Tuvimos que ir al Gustavo Fricke, y lo dejaron hospitalizado porque supuestamente le había hecho metástasis", recuerda su madre, Carla Lillo.
Actualmente, el joven de 15 años muestra metástasis en gran parte de sus huesos, el páncreas y uno de sus ojos. Recibe quimioterapia cada 15 días, mientras su familia hace lo imposible para cubrir sus necesidades especiales.
Francisco tuvo que abandonar a su equipo de hockey patín, Kellun de Concón, y se mantiene en su casa, en Santa Julia, porque no puede caminar.
Lo próximo, es completar su séptima quimioterapia, para posteriormente someterse a una tomografía por emisión de positrones (PET) para medir como ha evolucionado el cáncer.
Los resultados que arroje ese examen pueden ir sesiones de radioterapia hasta la amputación de una de sus piernas.
Costoso
Un presupuesto millonario es el que necesita la familia viñamarina para cubrir el tratamiento médico, razón por la cual empezaron a organizar eventos benéficos.
"El Auge solamente aporta con dos PET que salen 4 millones, los otros los pongo yo, y para eso se necesitan 20 millones de los PET que faltan", cuenta su madre, agregando que hay otras necesidades especiales que requieren.
Por ejemplo, una dosis de veneno de escorpión que es traída desde Cuba, cuesta $250.000, y dura tres meses. El RPC, un complejo multivitamínico traído desde Estados Unidos, contiene 28 cápsulas por $120.000 al mes.
Asimismo necesita alimentación especial, de tipo orgánica, curaciones para su piel, y otro sinfín de productos.
"Cuando uno sale del hospital, todo lo demás tiene que costearlo uno para ayudar a su hijo", dice la madre.