Por su comodidad y la facilidad para transportarlos, los lentes de contacto se han vuelto un elemento utilizado comúnmente por quienes padecen de problemas de visión o los que usan de color por moda. No obstante, quienes abusan de ellos sin saberlo pueden exponerse a infecciones y enfermedades que en algunos casos llegan a ser irreversibles.
Desde la década de los ochenta, el uso de lentes de contacto se ha convertido en un factor de riesgo muy importante de padecer una queratitis ulcerativa infecciosa. Esta consiste en una inflamación de la córnea que es una anomalía visual que se presenta cuando el tejido en forma de cúpula que cubre la pupila y el iris, es decir, aquel que está en la parte frontal del ojo, aumenta su volumen y provoca que nuestros ojos luzcan más rojos, irritados y sensibles de lo normal.
Las causas de esta inflamación pueden ser de diversa índole: desde un simple rasguño o golpe hasta la acción de bacterias, virus, hongos o parásitos. Este último tipo de inflamación de la córnea es más grave que la no infecciosa y se suele manifestar, además de los síntomas que ya hemos mencionado, a través de una visión borrosa, el exceso de lágrimas y la molesta sensación de tener algo en los ojos.
Cuidados
El incremento en el número de usuarios de lentes de contacto en personas jóvenes da más visibilidad al impacto social que pueden tener estas dolencias.
Para evitar problemas en los ojos por el uso de los lentes de contacto, Víctor Ortiz Ojeda de la Clínica Oftalmológica Providencia, explica que la primera precaución que se debe tener es seguir las recomendaciones de los fabricantes. "Los lentes de contacto están hechos para usarlos tal y como se prescriben, uso semanal, quincenal, mensual, anual… pero con la limpieza adecuada y las recomendaciones de higiene precisas, como lavarse siempre las manos", señala.
El riesgo de padecer una queratitis infecciosa es tres veces mayor en usuarios de lentes de contacto blandos de uso diario en comparación con lentes de contacto rígidos permeables al gas: el riesgo se incrementa cinco veces si se utilizan durante la noche.
Además los lentes de contacto deben ser usados el menor tiempo posible. "Que nadie se acostumbre a 16 horas al día, cuantas menos horas mejor; y si hay intolerancia restringir o anular su uso. Cuanto menos se usen más años se podrá disfrutar de ellas", indica el oftalmólogo.
Tampoco se debe dormir con lentes de contacto, a menos que estén hechos especialmente para este efecto. Con los lentes de contacto no hay que bañarse nunca ni en la piscina ni en el mar, y jamás lavarlas con agua del grifo. Asimismo es muy importante la higiene del estuche, el tipo y solución de limpieza utilizada y los hábitos de uso como bañarse o nadar con los lentes. Por otra parte se deben evitar los lentes de colores y preferentemente no adquirirlos por internet, ya que estos están catalogados como elementos que podrían aumentan el riesgo.
Acanthamoeba
El oftalmólogo recalca que en el último tiempo un factor que ha producido queratitis por hongo son las marcas blancas de determinadas soluciones de limpieza que se venden en ópticas y supermercados. Esto ocurre porque, "las marcas blancas no tienen el mismo control de calidad y los antisépticos suficientes para matar los hongos que pueden llegar a crecer en los estuches".
Finalmente, el profesional advierte también sobre las infecciones de un muy peligroso parásito: la acanthamoeba, que llega a producir infecciones muy severas y agresivas, difíciles de erradicar, mucho peores que los efectos de un hongo o una bacteria. "Si estas infecciones no se diagnostican a tiempo, el paciente puede terminar con un trasplante de córnea o perdiendo la vista, por eso es importante controlarse a tiempo, más aún si ve que ve que algunos de los consejos no los ha seguido anteriormente" señala el especialista.
En uso excesivo de lentes de contacto puede causar infecciones serias y daños irreversibles a la vista.
Si estas infecciones no se diagnostican a tiempo, la persona puede terminar sufriendo un trasplante
de córnea o definitivamente perdiendo la vista.
Mirian Mondaca Herrera
salud@estrellavalpo.cl