Universitarias denuncian grave caso de agresión
Estudiante fue violentada por sus pares hace un año. Serían 15 -y más- los casos detectados.
"Hay un caso de agresión sexual muy grave ocurrido hace un año acá en UNAB. La facultad tenía conocimiento. Una compañera fue violentada sexualmente por sus pares. Ella ha sido súper afectada con esto. Hablamos de compañeros violentadores que aún siguen impunes. Esta compañera tuvo que retirarse de la universidad, tuvo que congelar un semestre porque el tema la afectó sicológicamente, para después volver. Se está en una etapa de investigación… Eso es lo fuerte: que la universidad no haga nada respecto a estas personas violentistas. Al final la estudiante es la afectada por el sistema educativo".
Quien revela el hecho es Constanza Leiva, vocera de la toma feminista de la Universidad Andrés Bello (UNAB), y quien prefiere mantener en reserva la identidad de la afectad. La dirigenta señala a La Estrella que este caso no sería el único de grueso calibre ocurrido en la UNAB: "Estamos levantando la secretaría de género para canalizar los casos. Acá tenemos 15 casos de distinta índole", dice.
Esta denuncia se agrega al sumario cursado el martes 8 de mayo contra el decano de la Facultad de Derecho de la UNAB, Juan David Terrazas, tras recibir acusaciones de acoso sexual de una profesora y acoso laboral contra su cónyuge, la cual además cumple funciones en la misma casa de estudios superiores.
Estos días han sido diferentes para el mundo universitario y académico nacional. También para la UNAB: pancartas, lienzos y exigencias apelan a un profundo y urgente cambio. Bajo esos términos, esta semana, las organizaciones estudiantiles que se han tomado a la Universidad Andrés Bello (UNAB) quieren dejar en claro un mensaje: instaurar un protocolo idóneo para aquellas denuncias de acoso que se reciban desde el alumnado.
Petitorio y plebiscito
De allí la toma que surgió tras la asamblea de mujeres autoconvocadas y donde participaron 400 estudiantes. Se espera que mañana su plebiscito interno determine continuidad de la movilización. Constanza Leiva, como vocera de la toma feminista de la UNAB, afirma que las compañeras comentaron sus experiencias: revelaron que fueron abusadas y acosadas, tanto adentro como afuera del espacio universitario. "Así se decidió radicalizar el movimiento, además de tomarse la universidad para exigir a las autoridades de la casa de estudios que se hicieran responsables y tomaran en serio este tipo de denuncias y que impulsaran el trabajar en la temática de género".
Como toma feminista, Leiva asegura que ya elevaron un petitorio que consta de 14 puntos, los cuales fueron presentados a la vicerrectoría de la UNAB en una negociación el martes pasado. "También tuvimos contacto con la Gobernación y Seremi de Educación para tratar dentro de los puntos del petitorio el protocolo contra el acoso, incidencias en la malla curricular de la universidad en el perfil de egreso de nuestros compañeros. También un acompañamiento a los padres y madres de nuestra universidad, ya que no se aborda esa temática dentro de la casa de estudio", ahonda.
A su juicio, la universidad cuenta con un protocolo que no satisface las necesidades de las compañeras: "Como estudiantes apostamos a que se genere un protocolo que incorpore a funcionarios, académicos, estudiantes y directivos vinculantes al tema, democrático y perspectiva de género".
Al respecto, Fernanda Quezada, directora de desarrollo estudiantil de la UNAB, ya aseguró que la universidad hizo un llamado a mesa de trabajo con los estudiantes, para afinar dicho protocolo.
A criterio de la vocera Constanza Leiva, muchas veces el sistema judicial no se hace cargo de esta problemática: "Las compañeras tienen miedo de denunciar porque el sistema las inculpa, más que incluso a las personas que violentan. Puede que surjan casos más escabrosos a raíz del catastro que se está realizando dentro de la toma".
Tanto la gobernadora María de los Ángeles de la Paz como la seremi de Educación, Patricia Colarte, hicieron nexo con dirigentes para actuar de mediadoras, sin mucho éxito.