70 años de vida del Gallo Giro: la 'picá' huasa que se resiste al tiempo
Horacio Daza hijo habló sobre los orígenes de este mítico restorán villalemanino que ha trascendido generaciones. Ubicado en la esquina de calle Cumming con Yungay, en el sector sur de la ciudad, sigue siendo el deleite de los amantes de la comida criolla.
Uno de los rincones más pintorescos de la gastronomía de la comuna está próximo a cumplir 70 años de existencia.
En la cocina
Es que el restorán Gallo Giro ha sido testigo de buena parte de la vida bohemia de Villa Alemana. Inaugurado a comienzos de los 50' por Horacio Daza y mantenido en el tiempo por su hijo del mismo nombre, este espacio se ha transformado en una enclave de la cultura huasa, resistiéndose al influjo de la nuevas tendencias.
Llamado así por ser en un principio un lugar para realizar peleas de gallo, este mítico restorán villalemanino se caracteriza por sus contundentes platos y eventos folclóricos que logran congregar a un buen número de comensales que gustan de lo criollo.
Pero también fue club y lugar de encuentro de las antiguas generaciones de campesinos que vivían en los alrededores de la ciudad; convocaba a ganaderos, leñeros, cultivadores y criadores de animales que visitaban la comuna para realizar sus negocios.
Desde Colliguay, Los Perales, La Retuca, Los Molles, entre otras localidades, asistían al Gallo Giro para hacer escala en sus viajes. Era un polo de información e intercambio de noticias sobre el mundo rural y sub urbano de la Villa Alemana del siglo XX.
Es más, Gallo Giro fue el lugar donde se dio inicio a uno de los clubes de huasos más emblemáticos de la zona: el ahora extinto Club de los Acampados. Sobre los orígenes del restorán, Horacio Daza hijo, explicó que "mi papá puso este restorán hace 70 años. Él antes trabajaba en las minas que había para El Melón y Quillota, pero se cansó de ser un 'apatronado' como decía y como él era huaso y le gustaba todo lo que tenía que ver con el campo, creó esto. Acá al comienzo se hacían peleas de Gallo que con el tiempo se acabaron, no tanto por los de los animales, sino porque estaba prohibido apostar. A parte que a mi papá le gustaba la buena vida... fue bien 'chucheta' el viejo, murió a los cuarenta y tanto, muy joven. Pero alcanzó a dejarnos esto, que se mantiene hasta el día de hoy".
Es hora de almuerzo y mientras se las arregla con empeño ante un suculento plato de merluza frita, acompañada con papas mayo y -cómo no- un vaso de tinto recién servido a la mesa, añade que "yo fui dirigente de los Acampados por diez años, acá se hacían fiestas, comilonas... qué no se hacía oiga, hasta organizábamos rodeos laborales, ya que aquí había mucho rodeo amateur. Pero por las malas directivas, esto ya no existe como club. Se quisieron llevar el club a Limache, entonces aparecieron discusiones y yo me retiré... porque a veces uno no está de acuerdo con la gente nueva que llega".
Pero la destinataria de todas las loas y reconocimientos por la calidad de los platos y la gran atención, ha sido siempre su mujer, y él lo sabe perfectamente. Es que Ana María Olguín, la reina indiscutida del Gallo Giro, además de romperla en la cocina, es poseedora de un carácter "de los mil demonios" pero de un corazón "del porte del sol".
Así que quienes lleguen a disfrutar de las bondades de 'La polla' (como le dicen a Ana María) podrán, por tan solo $2.600, regodearse entre la clásica cazuela de carne, pescado frito, chuletas con puré, pernil de cerdo casero, empanadas y el siempre tentador pan amasado. Reacia a conversar ante una grabadora, la palabra la vuelve a retomar su esposo: "La gente frecuenta este lugar por el tipo de negocio que es y por la atención que brinda mi señora, además que acá las comidas son netamente hechas en casa. Acá es todo fresco, del día. Nosotros no hacemos lo que se hace en otros lugares, que es amontonar la comida y guardarla para venderla otro día, porque eso se nota al tiro, además que acá es 'rebarato', eso la gente los sabe, por eso vuelven".
En cuanto a los bebestibles que se pueden hallar en esta casi septuagenaria 'picá' huasa, la lista tiene los típicos tragos y fermentos de la cultura criolla, donde el vino -en todas sus presentaciones - es el indiscutible favorito de los parroquianos que se dejan caer por el restorán. Sobre las bebidas que ofrece Gallo Giro, Horacio comenta que "acá hay de todo. Para los que gustan del vino lo tenemos en boltella, de distintas marcas. También se ofrece el 'medio pato' (1/2lt) y el 'pencazo'. Hay cervezas, pisco del bueno y hartas bebidas. Pero lo que nos destaca es la chicha casera".
En el patio trasero del restorán, bajo un enorme galpón, se halla el lugar de los eventos. Allí se congregan decenas de persona que llegan a pasar fiestas patrias, cumpleaños y hasta eventos folclóricos. "Han venido a almorzar autoridades como el alcalde Sabat, el diputado Marcelo Schilling. También vienen de otros lados de la región, porque alguna vez escucharon de los mayores que acá está el Gallo Giro, la picá del huaso". recalcó, Horacio Daza.