Crudo relato de porteño acusado de parricidio
Dueño de taller de Playa Ancha declaró su versión de los hechos ocurridos el 18 de septiembre de 2017, cuando le quitó la vida a uno de sus hijos.
Con la voz anudada, y un acento trémulo, Ramón Ibani indicó a los jueces que quería entregar su declaración, dando detalles inéditos del dramático episodio que vivió el 18 de septiembre del año pasado, cuando se vio enfrentado físicamente con su hijo Cristián, quien resultó fallecido tras el conato.
En la Sala 3 del Tribunal Oral de Valparaíso, tuvo lugar la audiencia por el parricidio ocurrido en Playa Ancha hace casi un año. La defensa argumentó que el imputado actuó en legítima defensa y precisamente fue esa figura la que fue desglosada por la Fiscalía, peritos y el propio acusado.
"Nunca fue mi intención matarlo", fue la frase que resume el relato de Ramón, de 69 años.
El playanchino, quien actualmente cumple arresto dmiciliario, rememoró lo acontecido aquel 18 de septiembre en que mantuvieron un almuerzo familiar, del cual su hijo no participó, según cuenta, porque estaba drogado.
"una pelea feroz"
"Lo llamamos varias veces, pero no bajó, lo sentíamos porque se paseaba mucho, que es lo que hacía cuando estaba drogado", dijo en el estrado.
El ataque habría ocurrido poco después de las 19.00 horas, cuando su hijo lo fue a ver a su habitación. "Escucho que dice 'muérete conche...', y siento una cuchilla aquí en mi pecho, después lo hizo de nuevo, no sé si lo alcancé a desviar o lo bloqueé con el brazo, pero me entró por la boca hasta mi garganta, sentí un fuerte dolor. Inmediatamente viene otra y ahí alcanzo a agarrarle la muñeca y empieza el forcejeo", manifestó el imputado.
A continuación, narró el forcejeo que ambos mantuvieron dentro de la habitación, que incluyó empujones, zamarreos y derribadas, mientras su hijo lo seguía amenazando.
El padre del fallecido detalló que pudo enrrollarle un cable en el cuello cuando su hijo perdió de vista el cuchillo y se le abalanzaba con más amenazas de muerte. "En el suelo, me apoyo y siento un cable, lo tomo, estaba enrollado, se lo pongo en la cabeza y empecé a tirarlo hacia mi derecha. Con mi mano izquierda le hacía fuerza hacia ese mismo lado, ejercí la fuerza y empecé a ganar en ese momento hasta que lo posicioné al lado mío", contó Ramón Ibani, agregando finalmente que, cuando su hijo dejó de oponer resistencia, salió de la habitación y la cerró con llave, pensando que aun estaba vivo y lo podía seguir persiguiendo. Bajó al segundo piso a pedir ayuda y se desmayó por la pérdida de sangre de las cortadas.
Sobre el estado de enajenación de su hijo, dijo que era evidente que se trataba de su conocida adicción a la cocaína, que lo tornaba violento y paranoico.
"De los 21 años que tiene problemas con drogas, nosotros le decíamos que cambiara, que se metiera a un tratamiento, le dimos todas las alternativas, pero jamás escuchó", detalló.
Además, añadió que mostraba signos de depresión, pues en redes sociales publicaba mensajes que hablaban que "el final está cerca". Asimismo, una vez encontraron una soga oculta en su pieza, presuntamente para un intento de suicidio.