Ballenera de Quintay revive en Viña
Entre 1943 y 1967, la tranquila vida en la pequeña caleta de Quintay cambió con la puesta en operaciones de la planta ballenera de la Compañía Industrial (Indus), un complejo que, durante dos décadas, se convertiría en el acápite final y más importante de la tradición ballenera en Chile. Luego del cese de su actividad, la planta fue desmantelada, pero su característica edificación y sus instalaciones costeras aún permanecen bien conservadas, preservando así parte importante de la historia de esta industria nacional.
La investigación de este tema duró aproximadamente un año y fue realizada por los autores Carlos Lastarria y Marcela Küpfer quienes presentarán el libro "La ballenera de Quintay y otros relatos de la caza de ballenas en Chile" mañana jueves 9 de agosto, a las 19:00 horas, en la Sala Aldo Francia del Museo Palacio Rioja, calle Quillota nº 214, Viña del Mar.
"Esta industria fue considerada en su momento un prodigio del desarrollo en la región de Valparaíso, lo que fue bien documentado en este libro", destacó la alcaldesa Virginia Reginato.
La actividad forma parte del Ciclo "Viña Lee", organizado por la Municipalidad de Viña del Mar, a través del Departamento de Cultura y la editorial Narrativa Punto Aparte.
"La historia de la ballenera de Quintay fue relativamente breve (se extendió por poco más de dos décadas), pero dejó una huella profunda en quienes trabajaron y convivieron con ella, configurando lo que podríamos llamar una 'cultura ballenera' del siglo XX. Por una parte, se trataba de un emprendimiento industrial nunca visto en esta zona, y que llevaba la actividad ballenera en Chile, de larguísima data, desde los modelos más precarios y artesanales a un completo polo de desarrollo, que incluyó la construcción de una moderna planta para la época, la transformación geográfica de Quintay, la conformación de un campamento de trabajadores que tuvo una dinámica particular (similar a otros campamentos obreros en la historia del país) y la puesta en funcionamiento de una poderosa flota de barcos balleneros, en torno a la cual se generó también una cultura marítima particular", señala Marcela Küpfer, una de las investigadoras del libro.