Padres entregan desgarrador relato sobre muerte de su hija
Óscar Zamora y su esposa Iris Briones convocaron a la prensa en su hogar para contar qué pasó la noche en que Priscilla, de 14 años, murió de un paro cardiorrespiratorio en un avión.
Antes de regresar a Chile, la familia Zamora-Briones se hizo una última foto en el aeropuerto de Miami. Priscilla, de 14 años, la segunda de sus cuatro hermanos, se ubicó al medio de sus padres y sonrió. Lo mismo hizo cuando posó para la selfie con su papá. Se veía bien de salud.
Cuando dieron las 22.00 horas, los villalemaninos se subieron al avión y comentaron un poco el viaje. Estaban contentos: además de participar de una conferencia cristiana en Dallas, Texas, habían podido disfrutar de un inolvidable crucero por las playas de Estados Unidos.
Todo iba como lo habían planeado hasta que, a las 00.30 horas, Priscilla empezó a sentir algunos síntomas del hipertiroidismo: nerviosismo, ansiedad, irritabilidad y debilidad muscular.
"No tenía espacio"
Ayer durante la mañana, los padres de Priscilla Zamora Briones, quien murió de un paro cardiorrespiratorio a bordo de un avión, convocaron a la prensa para contar todo lo que pasó ese 10 de agosto. Así, desde el living de su casa -ubicada en el Camino La Rinconada-, Óscar y su esposa Iris respondieron preguntas y entregaron su versión de los hechos. Les acompañó Marcela Aranda, directora del Observatorio Legislativo Cristiano y vocera del llamado "Bus de la Libertad", que llegó el año pasado al país.
Primero fue el turno de Iris Briones, mamá de Priscilla. Ésta es parte de su testimonio: "Cuando la llevo al baño, mi hija entra en pánico. Yo traté de tener un poquito abierta la puerta porque no cabíamos las dos, y ahí mi hija se empezó a caer al suelo. La levanté como pude, pero nadie me decía 'señora, ¿necesita ayuda?, señora, ¿la ayudo?'. Ellas (las azafatas) estaban preocupadas de sus labores, de hacer sus cosas, y cuando mi hija comienza a vomitar, la trato de contener (...) Después me la llevo para atrás, la pongo en dos asientos con los pies doblados porque ellas (las azafatas) ya iban a pasar con el carro de alimentos. Yo no hallaba cómo doblarle sus piernas y ella gritaba '¡ahhh, ahhh!'. Ella (una azafata) en ningún momento dijo 'voy a pasar por allá, señora, no se preocupe'. Yo tuve que doblarle los pies a mi niña para que los carros pasaran".
Iris toma aliento y continúa: "Después me volví a parar con ella (Priscilla) y fui a la parte del baño. Dejé la puerta entreabierta por si alguien me escuchaba (...) Mi hija siguió con sus vómitos y se movía de un lado para otro, se me volteaba hasta caer al suelo. Llamé por segunda vez, la volví a levantar como pude del suelo, prácticamente arrastrando sus piernas, pero como venían de vuelta con los alimentos del carro, le volví a doblar los pies. No tenía espacio".
"Fueron horas"
El matrimonio se mantiene con las manos tomadas. Óscar acota que mientras su esposa estaba con Priscilla, él estaba cuidando a las dos hijas pequeñas que tienen. Iris recobra ánimo y sigue: "Ellas pensaban que todo lo de mi niña… era todo falso y de verdad que no fue así, porque yo pedí auxilio, ayuda, todo (...) Después, entre medio de los carros apretados, grité por primera vez: '¡Por favor, ayúdenme! ¡Mi hija está mal!'. Cuando digo esas palabras, recién la azafata me presta atención y le pido que llame al médico (...) Llega el médico y pide que le den oxígeno, era un caballero que iba sentado y me pasa una botella de oxígeno y una cámara. Pero con mi hija y el oxígeno en la otra mano, no podía hacer las dos cosas (...) Le rogaba al Señor que llegara mi esposo y me ayudara después de largas horas".
Ahora Óscar Zamora toma la palabra y continúa con la última parte de este crudo relato: "Llego ahí y pregunto si eso (oxígeno) que le están poniendo le va a hacer bien. La niña estaba en el suelo y el doctor me dice 'tranquilo, esto resucita hasta a los pajaritos' (...) Cuando uno va en el aire, a no sé cuánto de altura, piensa muchas cosas. No es lo mismo si vas en un bus y le dices al chofer que pare el bus, así que en lo único que nos preocupamos fue en contener a nuestra hija".
-¿Cuándo se dio cuenta de que no había nada más qué hacer?
-Estos no fueron minutos, fueron horas (...) Deben haber sido cerca de las cinco de la mañana cuando a la niña la empecé a ver cada vez peor. La corrí un poco más para allá, me tiré de rodillas y la cubrí así (abraza a su esposa). Lo único que pude hacer es empezar a orar por ella y decirle 'hija, recibe paz en tu corazón'. Empecé a declarar palabra de Dios sobre mi hija y en un momento se estira y clava la mirada para atrás. Yo no me voy a olvidar de eso nunca. Miro a mi esposa y le digo 'por favor, mi amor, ándate para adelante'...
"Pero yo me di cuenta que había muerto", interrumpe Iris.
Los padres, que son pastores de una iglesia evangélica, se quedan en silencio con los ojos llorosos. Al frente suyo tiene la Biblia abierta en Proverbios 19 y un poco más adelante, las fotos de su hija Priscilla desde la infancia. Muchos de los presentes se preguntan qué pasó con el medicamento.
"Perro envenenado"
"Finalmente le dieron el medicamento, pero el asunto acá… y a lo que yo voy, es a lo que pasó realmente (...) Ella no había suspendido ningún tratamiento médico. Ella tomaba dos medicamentos y uno de esos se acabó porque ella, cuando de repente se sentía un poco mal, podía tomar alguna dosis más. Ella dos veces tomó más de lo que correspondía. Un día y medio lo intentamos comprar en Estados Unidos, pero no te lo venden allá. Yo andaba, siempre ando, con los últimos exámenes de mi hija en mi celular y con la receta en forma digital", dijo Óscar Zamora.
-¿Creen que si la aerolínea hubiera actuado de otra forma Priscilla estaría con ustedes?
Los dos asienten con la cabeza. Óscar dice: "Se tiene que privilegiar la vida en un avión, porque dentro de lo poco que me he informado, he visto que han bajado aviones en aeropuertos más cercanos por casos de emergencia".
Iris, en tanto, expresa: "Estaría conmigo mi guagua (...) Mi hija murió igual que un perro envenenado, como un perro envenenado que se tira de un lado para otro".