Priscilla Barrera Ll.
Motita, Luna y Estrella no eran simples ovejas en la granja educativa Alturas del Sol en el camino Lo Orozco en Quilpué, sino que fundadoras e integrantes principales del emprendimiento de la familia que conforman Cristian Salgado, su esposa Carolina Tapia y sus hijas.
De ahí la tristeza luego que el viernes recién pasado se percataran que desconocidos que se movilizaban en un vehículo de carga, sustrajeron los tres animales desde su corral, vulnerando los precarios cierres perimetrales que permiten mantener a resguardo a los animales que dan vida a esta granja.
Cristian Salazar precisó que el viernes y como todos los días, se levantó temprano en la mañana para ir a dejar a sus hijas al colegio. A esa hora, aprovecha de revisar a sus animales y se percató que las tres ovejas no se encontraban en su corral.
"La malla estaba caída y quebraron uno de los palos del cerco. Fue durante la madrugada y no sentimos nada. Me encontré con que no estaban las ovejitas, tres hembras", detalló Cristian.
Su esposa Carolina agrega que "habían roto el cerco, lo cortaron con alicate y habían roto unas tablas para sacarlas. Una tenía 4 ó 5 años, las otras 2 y 3 años. Eran la Motita, Luna y Estrella".
Abigeato
Carolina se lamenta señalando que muy a su pesar, el abigeato en estas fechas y en esa zona, suele ser más común de lo que quisieran. "Los animales los roban para comérselos, para nosotros es super perjudicial porque para nosotros estas ovejas prestaban una labor educativa, eran ovejas regalonas, que llevaban mucho tiempo con nosotros. Una había nacido acá, entonces tampoco eran ovejas criadas para comérselas", precisó Carolina.
Una de las guías de la granja, la estudiante de veterinaria, Carolina González destaca que existía un vínculo con los animales, partiendo porque tienen un nombre y además eran la atracción para los niños.
"Eran ovejas muy dóciles. En el recorrido yo dejo entrar a los niños al corral de las ovejas y ellas eran muy dóciles, no eran animales de producción", precisó Carolina.