Libertad y amor pidieron los reos que elevaron sus volantines desde el penal
Con la esperanza de llevarle un mensaje a sus familias o a un niño que "se está metiendo en problemas", los internos cortaron sus cometas en Valpo.
Joel Madariaga tiene 32 años y lleva 17 dedicándose al rubro de los volantines. Hoy está privado de libertad en el Complejo Penitenciario de Valparaíso, pero eso no ha sido impedimento para que siga fabricando y vendiendo sus cometas a otros internos.
Ayer, en uno de los patios del penal porteño, se realizó la octava versión de "Palabras Desatadas", una actividad dieciochera que busca que los reos liberen sus emociones a través de los volantines. Allí, Joel aprovechó de mostrar sus dotes en la materia, explicándole a sus compañeros cómo pegar bien los palos de colihue.
"Hasta el momento he vendido como 4 mil y tantos volantines aquí, que es muy poco a lo que vendo en la calle, que son como 57 mil al año. Esta es una tradición que nunca se pierde, porque el volantín chileno es el mejor del mundo. Uno lo dirige", dijo, mientras cortaba uno de los palitos.
Liberan emociones
Alejandra Montoya, profesora de Lenguaje del colegio Juan Luis Vives y encargada de la actividad, explicó que "Palabras Desatadas surgió porque en estas fechas hay mucho estrés emocional", dado que los internos no pueden reunirse con sus familias para celebrar. "Ellos elaboran sus propios volantines, ponen poemas de su autoría o de algunos textos que nosotros traemos y después los elevan. Luego, cuando terminan de jugar, cortamos el hilo para que la gente de afuera pueda encontrar los volantines y leerlos", acotó.
Un interno que terminó de los primeros en hacer su propio volantín, tomó un plumón y escribió: "Sólo pienso buscar mi libertad. Oigo justicia y la luz cada vez más fuerte y brillante, con un camino de esperanza".
Luego se acercó a Joel Madariaga y le pidió que le ayudara a encumbrarlo, porque es su primera vez. Joel le enseña la técnica -tirar del hilo cuando la punta del volantín esté dando hacia arriba- y de ahí intenta mantenerlo en el aire. A ratos se le cae, pero poco a poco empieza a dominar su cometa. "Me gustó la palabra libertad porque quiero irme luego para la calle. La libertad es lo más lindo que hay y no quiero volver a cometer errores. Llevo 4 años y medio encerrado y para mí las Fiestas Patrias son algo tristes porque mi familia no puede estar conmigo", comentó mientras jalaba del hilo.
Después, cuando se le cayó el volantín, agregó: "Parece que el viento no está tan bueno, pero yo nunca había elevado un volantín. Ahora lo hice por entretención, para no pensar tantas cosas. Ojalá cuando lo corte se lo encuentre algún niño que está metiéndose en problemas o anda robando. Que lo encuentre y recapacite en el mensaje que le estoy mandando desde la cárcel". Otro interno, que antes de llegar al penal había encumbrado algunos volantines en los cerros de Valparaíso, le escribió un mensaje a su polola: "Me gustaría que fueras la rosa de mi jardín y así poder regarla todas las mañanas". Según dijo, la extraña mucho y espera que el mensaje le llegue directo al corazón. "Es difícil estar encerrado, más en estas fiestas donde todos celebran. Uno piensa muchas cosas", manifestó.
Familia recibió un volantín
El año pasado, uno de los internos que participó en "Palabras Desatadas", le escribió a su familia un saludo de Fiestas Patrias en el volantín que había hecho. Como sabía que era un poco difícil que lo encontraran, le agregó la dirección de la casa por si alguien le ayudaba. Alejandra Montoya contó que un porteño lo encontró y lo llevó hasta el domicilio para que los familiares pudieran recibir el saludo. "Esperamos que este año hayan otras historias así", dijo.