Siguen los problemas entre vecinos de Limonares y nueva toma
Comunidad residente mantiene oposición a viviendas que se han instalado en la parte alta, en Miraflores. Acusan que les han arrojado pintura, piedras y hasta trozos de carne.
Pronto a que se cumplan dos meses desde que los vecinos de Limonares se percataron de la instalación de viviendas en la parte alta de su población, justo en la cuenca del acueducto Las Vegas, bajo torres de alta tensión y en un terreno privado, los problemas entre residentes de este antiguo barrio y los nuevos "vecinos" han ido en aumento y parecen no tener una pronta solución.
Las protestas de los propietarios de viviendas en Limonares y las gestiones desplegadas por la junta de vecinos del sector no ha logrado hasta ahora surtir el efecto esperado por ellos: que los nuevos ocupantes - más de una treintena de personas, entre nacionales y extranjeros - sean desalojados.
Según denuncia la presidenta de la organización vecinal de Limonares, Cecilia Rodríguez, a los problemas que habían denunciado respecto de contenedores de basura que amanecían volteados y con todos los desechos en el suelo, se suma ahora la extraña presencia de trozos de carne en distintos puntos del barrio, situación que ha generado alerta entre los vecinos, en especial con aquellos que tienen mascotas pues temen que pueda tratarse de cebos de veneno.
"Así amaneció el barrio el miércoles, con pedazos de carne en distintos puntos. La imagen era bien fuerte porque claramente alguien dejó esos trozos en lugares específicos, no fue un accidente. Ayer (jueves) el auto de uno de los vecinos amaneció con una mancha de pintura en el techo. Tampoco se trató de un accidente, alguien le arrojó pintura al auto", planteó la dirigente, quien si bien manifestó que no puede acusar a los ocupantes de las tomas, afirmó que esto nunca había ocurrido antes.
Oficios varios
Desde mediados de agosto, la junta de vecinos ha enviado diversos oficios a instituciones y empresas que, a juicio de la organización, deben tomar posición frente a este hecho como el municipio, Serviu, Chilquinta, Esval. Incluso existe una denuncia en la fiscalía local.
"Hemos seguido los conductos regulares. Creemos que no es un problema de una comunidad en particular, sino que de la ciudad. Acá no solo corremos riesgo nosotros, también ellos (los de la toma) y las empresas que tienen sus instalaciones en ese lugar", planteó la dirigente.