Jóvenes se salvaron de la horca, pero igual les desean lo peor
Felipe Osiadacz y Fernando Candia fueron condenados por homicidio culposo en Malasia y podrían quedar libres en un mes. Fallo generó odiosidad entre los cibernautas.
Desde que el caso de Felipe Osiadacz y Fernando Candia, los dos jóvenes detenidos en Malasia que ayer fueron condenados a dos años de cárcel por homicidio culposo tras permanecer 15 meses en la cárcel, su historia comenzó a aparecer en forma recurrente en programas de televisión, medios de comunicación escritos y en redes sociales.
Muchos empatizaron con la situación extrema que han atravesado, especialmente porque corrían el riesgo de ser condenados a morir en la horca, tomando en cuenta que la pena de muerte no existe en nuestra legislación. Sin embargo, cuando se dio a conocer ayer la sentencia definitiva (dos años de cárcel, los que estarían prácticamente cumplidos), Twitter estalló con comentarios llenos de odiosidad, donde entre otros aspectos se hacía hincapié en que la sacaron "barata", a pesar de haber matado a una persona.
"Los zorrones asesinos la sacan barata hasta en Malasia ¿Y que chu... ustedes defendiéndolos? Mataron a una persona, ¿qué les pasa? Asco me dan", escribió @katkatrala.
Mientras que @figaMir puso: "El par de chilenos detenidos en Malasia volverán pronto a país, se pasearan por todos los canales de tv contando como anécdota que asesinaron a una persona en "defensa propia".
Del mismo tema @TralmaWinoChilenos opinó que "asesinos en Malasia la sacaron muy barata. Quedarán libres, volverán al país, pero siguen siendo asesinos, sueltos por las calles, con nuestros niños a su alcance. No que Piñera dijo que a los delincuentes se les acabó la fiesta? Otra mentira".
¿libertad de expresión?
La mala onda en redes sociales es pan de cada día y se puede leer cualquier barbaridad que seguramente en persona pocos se atreverían a afirmar.
Alfredo Sherrington, jefe de la carrera de Sicología de la Universidad Santo Tomás, antes de analizar los comentarios en internet, advierte que los jóvenes en Malasia reconocieron un delito y fueron condenados, no son inocentes.
En cuanto a la agresividad que generó el fallo y que se expresó especialmente en Twitter, "hay un tema entre narcisista y hedonista, internet permite que yo pueda expresar todas mis opiniones sin importarme el daño que les provoco a otros y ahí es donde está el conflicto, porque se confunde la libertad de expresión con dar mi opinión sin consecuencias, siendo que legalmente alguien me puede demandar".
Entre los mensajes que leyó, al académico le llamó la atención uno en particular y que decía "vamos a tener que ir a funarlos, hay que hacerles la vida imposible". "Esa persona puede ser acusada de amenazas, por injurias o maltrato a las personas".
También hubo "tuiteros" a quienes les pareció mal que Osadiacz y Candia se salvaran de la horca, avalando así la pena de muerte. Al respecto, Sherrington destacó que actualmente hay un movimiento ultra fascista que encuentra en las redes sociales el lugar ideal para darse a conocer. "Esta es una tendencia mundial que no se debe desconocer, hay que estar atentos para ver cómo estos movimientos se están replicando en nuestro país".
Se perdió el respeto
El sicólogo y profesor de la Pontificia Universidad Católica, PUCV, Fernando Alvarado, comentó que "en la sociedad hay un clima de agresividad y en las redes sociales ese clima se da más fácil porque es anónimo. También hay algo de falta de respeto por las personas".
A través del Programa de Estudios Sociales encabezó una encuesta dirigida a jóvenes de todo el país. "Ellos dicen que lo que falta en nuestro país es el respeto, no hay ningún respeto por los seres humanos", destacó.
El académico manifestó que "las redes sociales son un caldo de cultivo para esto, total uno se sienta frente al computador y se pone a escribir, nadie lo ve a uno, sin embargo, esas personas que ofenden en el día a día no actúan así. Hay un poco de hipocresía también".
Otro ingrediente que reconoce Alvarado en los mensajes mala onda hacia los jóvenes condenados en Malasia es el resentimiento. "Esto se da por la desigualdad que hay en el país, entonces estos son como chivos expiatorios... disparémoles no más, total es gratis".