Nicolás Arancibia Bórquez
A la espera de que Santiago Wanderers oficialice el listado de los jugadores que continuarán en la tienda porteña de cara al 2019, Sebastián Rivera fue el primero en hacer público su adiós. El volante tuvo un destacado partido frente a Deportes Valdivia en el sur de nuestro país por la liguilla de ascenso, pero lastimosamente, una pubalgia que lo tuvo casi seis meses alejado de las canchas, terminó por cerrarles las puertas de una escuadra porteña a la que le agarró mucho cariño. "Wanderers es un equipo grande y es muy triste tener que irme", fueron las primeras palabras del mediocampista que, en conversación con La Estrella, habló de cómo se gestó su salida.
Vimos que publicó un mensaje en sus redes sociales diciendo que quedó con ganas de demostrar más.
-Claro, imagínate que de todos los años que llevo jugando fútbol, el 2018 fue el año en el que menos he participado dentro de la cancha. Fue duro pero en lo grupal yo creo que gané mucho, porque me llevo muchos recuerdos de muchos compañeros, muchas amistades, para qué hablarte de la institución, que es tremenda. Me voy con la espina clavada de haber demostrado y entregado más al club.
¿Le explicaron los motivos de su salida o al menos le dieron la chance de seguir en el club resignando algo de su sueldo?
-Ni siquiera llegamos a hablar el tema económico. Para mí Wanderers siempre fue la primera opción, más allá que he tenido llamados de otros clubes. Pero nada, el profe "Cheíto" fue muy sincero conmigo, él me llamó directamente para comunicarme que no continuaba y que viera otras alternativas. Cabe destacar que con él siempre tuve muy buena relación. A mí me gustan las cosas de frente, así que es bueno que el técnico te diga que no estás en los planes.
Todo parece indicar que sus sensaciones son amargas.
No, la verdad es que me voy tranquilo, porque dentro de todo que podía entregar, hice todo. Cuando estuve afuera siempre di una palabra de aliento y un consejo a los compañeros, y cuando me tocó, creo que lo hice de forma óptima. Me faltó campeonato, así como al plantel también le faltó torneo.
¿Sigue penando la forma en que se les escapó el sueño en el último partido ante Cobresal?
-Lo que pasa es que nadie se esperaba que pasara eso. Nadie, porque estábamos todos ilusionados, queríamos conseguir el objetivo y teníamos todo para ganar. Sabíamos que teníamos uno de los buenos planteles de la categoría, entonces fue un balde de agua fría. En tres minutos lo perdimos todo y nos faltó jerarquía. Después, con el paso del tiempo, uno se cuestiona muchas cosas, uno piensa en qué cosa más podría haber hecho para conseguir el objetivo, pero así es el fútbol. Cometimos errores que llevaron a echar por tierra las ilusiones de toda una ciudad, y aún siento una tristeza enorme porque sentíamos que lo teníamos en la mano.
¿Sigue en la región o ya se cambió pensando en su futuro?
-Nosotros somos de Santiago, pero por ahora estamos acá en Concón, más que nada por el tema del colegio de la niñas. Esperamos solucionar luego ese tema para ya partir, esperando algo más concreto, porque ya tuve conversaciones con algunos equipos. Ya la próxima semana debería saber cuál es mi destino.
¿Tiene algún último mensaje que entregarle a la hincha del Decano?
-Obviamente que uno se encariña harto con la institución y con la hinchas, más aún estando dentro. Uno ve a Wanderers desde afuera y no se imagina lo grande que es, así que les mando a decir que sigan creciendo como hinchada, que apoyen al equipo en las malas y en las remalas, que es cuando el jugador necesita más apoyo. Nosotros pasamos por momentos muy duros, en los que nos tocó bailar con la fea y ocurrieron situaciones que a nosotros como jugadores nos shockearon. Pero me quedo con lo último, con ese hincha que apoyó siempre. Estando fuera me hicieron sentir siempre el cariño. Son una tremenda institución que hace que todo Valparaíso sea maravilloso".