El recorrido de Lautaro Triviño, el "detective patrimonial"
Jamás ha trabajado ni estudiado algo relacionado con la historia o la cultura, pero siempre tuvo apego por el patrimonio de la ciudad, hasta que se convirtió, sin quererlo, en un referente.
Su nombre ya le debe resultar familiar a estas alturas. Lautaro Triviño, porteño hasta los huesos, fue uno de los responsables de la recuperación de la estatua "La República", hallada junto a decenas de otras obras de arte y piezas arqueológicas robadas, en una parcela en Rancagua. El hombre ha mantenido sus esfuerzos por rescatar otros monumentos perdidos de la ciudad. Pero ¿quién es Lautaro Triviño? A continuación, su historia.
Tiene 54 años y ha vivido desde siempre en el Barrio Puerto. Su camino como investigador partió a los 21 años, cuando se topó con una colección de fotografías antiguas.
"Cuando era más cabro, El Mercurio editaba fotos antiguas de Valparaíso, era una colección que salía y yo empecé a juntarla. Cada vez que en El Mercurio o en La Estrella salían fotos antiguas de Valparaíso, yo las recortaba y las juntaba", recuerda. Así fue juntando fotos, después consiguió una cámara y las sacaba él mismo, hasta que acumuló un archivo que ya quisiera cualquier museo porteño.
En un sillón de nuestra redacción, Lautaro Triviño nos cuenta su propia historia. Luce sereno, tranquilo. Su voz es templada, el volumen nunca se dispara.
Se apoya en el respaldo, cruza sus brazos y cuenta que su primer acercamiento al reconocimiento público vino cuando lanzó un sitio web que catastraba los ascensores de Valparaíso. "Ahí fue creciendo, cuando había algún ascensor descompuesto, se denunciaba. Empecé a tener vocería en los medios, cosa que se agradece mucho", rememora.
Cronista
Su fase de escritor vino en los años siguientes; comenzó a mandar cartas y columnas de opinión a los periódicos, teniendo gran acogida de ellos. Según él mismo calcula, de diez publicaciones enviadas, le aceptan nueve. Asimismo, redactaba crónicas que eran publicadas en sitios webs.
En un principio se especificó en los medios de transporte, pero fue mutando en sus temáticas, aunque siempre se relacionadas con el patrimonio y la historia de la ciudad.
Cuenta que varias veces fue consultado por estudiantes de Periodismo y Arquitectura que trabajaban en sus tesis de grado, y su número de teléfono era compartido por decenas de personas. El "salto a la fama", aunque no le gusta decirle así, vino cuando reveló a la prensa el paradero de la estatua encontrada en el predio de Raúl Schüler. La PDI lo usó como consultor para recabar más antecedentes; dice que es primera vez que participa activamente en una investigación oficial.
No se considera un historiador, prefiere el término "investigador", y vaya que ha investigado cosas. Es una suerte de detective patrimonial que indaga por iniciativa propia las historias que la ciudad olvidó. Guarda su archivo personal en su oficina, dice que su computador almacena más de 10.000 imágenes que ha recopilado durante toda su vida.
Asegura que no busca la fama ni el éxito personal, enfatiza en varias oportunidades que no tiene inclinaciones políticas, y agrega que ha recibido críticas de la izquierda y la derecha. Incluso revela que recibió una propuesta de una empresaria que le ofrecía pagarle la candidatura para que fuera concejal. Dijo: "no, gracias".
"Me dicen que soy muy crítico, muy ácido para escribir", confiesa. Asegura que desde el alcalde Pinto ha criticado por igual a todos los ediles de la ciudad, pero no es algo personal, ni ideológico.
Porteño de cuna
Sobre su futuro en la investigación, dice que no tiene nada formalmente preparado, pero tantea la opción de investigar sobre edificios antiguos o la historia portuaria.
Su lugar favorito de Valparaíso es Hontaneda. "Cuando tú vas para ese lado es como ir al pasado, tienes el monasterio de las monjas ahí, esa parte me llama la atención. Ahí podría hacerse una revalorización del sitio", dice. También le gusta el borde costero de la avenida Altamirano, pero dice que hay que revitalizar ese sector.
"Falta creerse el cuento del Patrimonio, el porteño no lo percibe", precisa. Y recalca que ningún alcalde le ha tomado el peso al título de Patrimonio de la Humanidad, aunque anhela que algún día eso cambie.