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El timonel caturro, habló acerca de sus inicios como hincha, de su rol y de cómo espera ser recordado a futuro.
Los ánimos estaban caldeados y la reunión de directorio de Wanderers prometía sorpresas. Era el 27 de febrero y Jorge Lafrentz, entonces presidente de Santiago Wanderers, renunciaba a su cargo acusando cansancio sicológico. Un joven oriundo de Playa Ancha, de apenas 36 años, pero que ya llevaba un buen tiempo oficiando como abogado del club, sería quien tomaría las riendas de la concesionaria verde.
Se trataba de Rafael González Camus, quien le abrió a La Estrella las puertas de su oficina en Estación Puerto para hablar de su fanatismo, su pena por no ascender y todo el presente del club.
Entiendo que antes de ser presidente o dirigente, era común verlo en el estadio.
-Sí, gran parte de mi vida ha sido asistir al estadio a acompañar a Wanderers. Es un tema familiar, mi papá tiene 56 años de socio y él fue quien nos llevaba al estadio de Playa Ancha a ver los partidos y a apoyar al equipo. Mi papá tiene el mismo ritmo que yo viendo a Wanderers, que es no faltar nunca a un partido de local, y de visita tratar de ir casi siempre, por lo menos a los partidos más cercanos. Es una tradición.
Siendo de Playa Ancha, un cerro cargadamente wanderino por el estadio y los postes pintados, me imagino que era imposible no volverse hincha.
-Todos sabemos que en Playa Ancha hay mucho wanderino, y efectivamente afuera de mi casa existen muchos postes pintados con verde y blanco hechos por algunos de los "piños" que están radicados allá. Uno sale y ve mucha gente con su polerita verde. Somos todos wanderinos en Playa Ancha y también en gran parte de Valparaíso.
¿Le tocó ver un partido junto con la barra en sus tiempos de hincha?
-Claro, es que como viajábamos con mi familia, en un partido de visita, por ejemplo, el lugar único donde se sienta la barra es junto a la barra oficial, la barra Raúl Sánchez, y la barra Los Panzers ahora en los últimos años. Cuando nosotros no éramos parte de la dirigencia y éramos socios comunes y corrientes, efectivamente nos tocaba sentarnos muchas veces junto a ellos.
¿En qué sector del estadio le gustaba ubicarse?
-Tradicionalmente he sido socio de tribuna Andes, o al menos empecé en ese sector y estuve muchos años ahí. Allí uno escucha el fervor popular que es clásico del hincha de Wanderers y puede entender qué es lo que piensa el hincha tradicional del club.
Está a punto se pasar su primer año nuevo como presidente de Wanderers.
-Sí, son poco más de nueve meses en el cargo. Ha sido una experiencia bastante emocionante porque nos ha tocado conocer de todo. Hemos estado en los últimos lugares de la tabla, después hubo un repunte, han habido fuertes e importantes decisiones no solo deportivas, sino también institucionales. La experiencia de un presidente es muy distinta a las labores que estaba desarrollando en forma previa, como director y fundamentalmente en los años que llevo como abogado del club.
¿Siente que ha tomado alguna decisión de presidente, impulsado como hincha?
-Sí, he tomado algunas decisiones en función de hincha. Por ejemplo, en los últimos partidos he ido a recorrer el estadio completo, me he ubicado en Galeria Norte, en la Sur y en Tribuna Andes, y también he estado en las puertas de acceso, porque precisamente sé que cuando uno entra tiene algunos inconvenientes y quiero saber de viva voz del hincha cómo se están produciendo aquellas cosas. Quiero saber además si se va solucionando lo que van reclamando. Eso también lo he vivido como hincha, yo me acuerdo que de chico, en el estadio antiguo, se nos cerraban las puertas antes del término del partido y yo también reclamaba por eso.
¿Cuesta desmarcarse del hincha que lleva dentro cuando se es presidente?
"Cuesta mucho, pero hay que hacerlo. La formación profesional que uno también tiene lo ayuda en ese sentido.
¿No se ha salido de protocolo gritando un gol?
"Sí, me ha pasado muchas veces, y de hecho ha sido en partidos de visita, en plena barra local de ese estadio y ha sido bastante desafortunada la respuesta del hincha local (se ríe).
¿Quién es su ídolo en Wanderers?
-Son varios, le puedo decir que Claudio Núñez, porque tengo un grato recuerdo del año 95 cuando subimos como campeón, él fue quien generó muchas habilitaciones para ese ascenso. Después puede ser Mario Véner, que hizo dupla en su momento con Núñez. Hay otros jugadores como Moisés Villarroel, que fue un icono del club naciendo en el año 95.
En su gestión se tuvo a Villarroel de técnico y regresó Jorge Ormeño, ¿Está buscando un respeto mayor a los ídolos?
-Puede ser. Cuando se tomó la decisión de Moisés Villarrroel, se pensó en una persona que fuera identificada con la institución y que representara los valores que nosotros como hinchas pregonamos, y él los cumplía cabalmente en ese momento. Quizás los resultados no se le dieron y hubo que tomar la decisión de cambiar el rumbo de la dirección técnica, pero él sigue vinculado a la institución porque sigue representando los valores de Wanderers. La incorporación de Jorge Ormeño va en la misma línea, ya que para conocer esos valores, hay que tener un bagaje en la historia de Wanderers.
Entiendo que tiene una relación cercana con David Pizarro.
-Una buena relación, pero cercana no. Cuando él estuvo aquí en Wanderers, generamos contacto, pero nada más que eso.
¿Qué opina de su retiro?
-Es parte del proceso natural que tiene todo futbolista, lamentablemente cuando estuvo en Wanderers no lo acompañó el tema de las lesiones, quizás si hubiera estado al 100% de su capacidad física, hubiera sido distinta su historia en Wanderers, pero es parte de la ley natural del futbolista y tiene que llegar el momento de retirarse. Le tocó ahora y es lo que hay.
¿Cómo estuvo ese viaje de vuelta después del partido con Cobresal?
-Había muchas caras de tristeza y desazón porque estábamos muy ilusionados en que podíamos lograr el ascenso este año, y más aún porque se nos dio vuelta el resultado en los últimos minutos, y eso es algo más que lamentable, porque nos tocó por segundo año consecutivo sufrir de la misma forma.
A diferencia de su antecesor, se le ve viajando siempre con el equipo. ¿Lo disfruta?
-Claramente lo disfruto más cuando ganamos, cuando hay pérdida de puntos no se pasa tan bien (se ríe), pero sí me gusta estar con el equipo cerca por lo menos para estar apoyando.
¿Se considera un presidente cercano?
-Por lo menos algunos me han dicho que así lo sienten, y está bien que sea así, pero uno también es presidente y tengo que mantener la distancia que corresponde.
¿Fueron llevaderas las negociaciones con Miguel Ramírez?
-Es que cuando existen voluntades recíprocas de mantenerse en la institución, claramente las negociaciones se tornan más fáciles, pero todo eso va también subordinado a un tema económico y eso afortunadamente logró la comprensión de ambas partes".
A sabiendas que se hizo un esfuerzo económico en la llamada "operación retorno 2018", ¿para el 2019 veremos las arcas aún más apretadas?
-Siempre van a estar las arcas un poco apretadas. Nunca podremos decir que en Wanderers existen recursos económicos en abundancia. Muy por el contrario, el club siempre se ha caracterizado por la escasez de sus recursos, y este año no va a ser la excepción. Tenemos que hacer eficiente lo poco con lo que podemos contar y ojalá traer los mejores jugadores.
¿Comparte el pensamiento de los jugadores que han dicho que el objetivo para el 2019 es ser campeón de la categoría?
-Lo comparto, porque nunca podemos entrar derrotados a un campeonato. Si se sale primero o se sale último son las reglas del juego, pero siempre queremos aspirar a lo mejor, a lo máximo. En este caso eso sería ganar el campeonato, y si no es el caso, a lo menos subir.
¿Pensó en dejar su cargo cuando el equipo no cumplió el objetivo de subir?
-Sí, de hecho después de que no ascendimos yo presenté mi renuncia y lo hice por un tema de responsabilidad. Quien está a la cabeza de una institución que no cumple su objetivo, claramente tiene que presentar su renuncia.
¿Y hasta cuando se proyecta como presidente de Wanderers?
-Uno va viviendo en la medida que se va avanzando, y si las cosas se van haciendo bien, siempre te va a dar una fortaleza para continuar. Si se hacen mal, claramente uno tiene que ir pensando que a lo mejor existen otras personas que pueden desarrollar el cargo mejor que uno, pero por el momento hemos tratado de hacerlo lo mejor posible y a medida que vamos avanzando vamos a determinar cuánto tiempo estaremos aquí.
¿Le gustaría ser el presidente que logró el ascenso o el que logró mayor acercamiento con el hincha?
-Ojalá fueran todas las anteriores, ya que por ser un wanderino de Playa Ancha, y que ha participado siempre de la institución, ambas serían un sueño importante. No podemos olvidar, eso sí, que esta es institución deportiva, que participa de una competencia, y que los resultados deportivos son importantes. Sin resultados, todo lo demás pasará a un segundo plano.