River se quedó con la corona de América
El cuadro de la banda sangre fue superior durante los 120 minutos de la final de la Copa Libertadores más larga de la historia y acabó derrotando con justicia a Boca por 3-1 en la prórroga.
Era más que un clásico, era más que una copa. El cuadro que resultara ganador de la histórica definición entre River Plate y Boca Juniors por la final de la Copa Libertadores, tendría para siempre un as bajo la manga cuándo se pregunte qué equipo es el más grande de toda Argentina. El elenco de la banda sangre, por tres goles a uno, fue finalmente el ganador de una final que se terminó jugando en España, luego de la vergonzosa organización y aún peores incidentes que convirtieron esta final en la más larga de la historia del fútbol.
Los bosteros entraron de mejor forma a la cancha del Santiago Bernabeu, aprovechando de buena forma los espacios de un timorato e irreconocible River Plate. Antes de que terminara el primer tiempo, y después del milésimo despilfarro colectivo de los "millonarios", Darío Benedetto aprovechó un magnífico pase de Nahitan Nández, para, luego de enganchar y quedar solo, anotar la apertura del marcador.
El tanto fue una profunda puñalada para los dirigidos por Marcelo Gallardo (que vio el partido en las tribunas producto de estar castigado), y por ende entraron al complemento con mayor firmeza y convicción en buscar el empate. Al minuto 56', y cuando River más buscaba, el árbitro Andrés Cunha se comió un penal clarísimo en contra de Lucas Pratto, que hubiese significado el empate para el ex cuadro de Marcelo Salas y Alexis Sánchez.
El fútbol, como pocas veces, sin embargo supo de justicias, y once minutos más tarde, el mismo Pratto definió con tranquilidad tras una enorme jugada colectiva para anotar una más que merecida igualdad.
Tiempo extra
Llegó el silbatazo final y el empate en el tablero obligó a jugar tiempos extras. En ese marco, y recién en el segundo minuto de la prórroga, el colombiano Wilmar Barrios dejó con un hombre menos a Boca luego de una criminal patada que le valió ver la tarjeta roja.
Con un jugador menos en cancha, a los dirigidos por Guillermo Barrios Schelotto no les quedó más que aguantar la tromba de River, lo que les duró hasta el tercer minuto del segundo tiempo complementario. El colombiano Juan Fernando Quintero, que ya había maravillado en el Mundial de Rusia, sacó un remate potente que se estrelló en el travesaño y luego se metió en arco xeneize. Era el 2-1 para River que obligaba a Boca a ir con todo en los últimos minutos si es que no querían ver a su más acérrimo rival celebrando frente a sus narices.
En el último suspiro, y luego de un palo que salvó al cuadro "millonario", Gonzalo "Pity" Martínez, gran figura de River durante toda la copa, aprovechó, pese a estar acalambrado, un contragolpe mortal donde recorrió toda la cancha a gran velocidad, aprovechando que el arquero y toda la defensa bostera estaban buscando el gol, para empujar el balón hasta el fondo de la portería y hacer estallar a los 66.000 hinchas de River que no pudieron estar presentes en España, debido a un pequeño grupo de inadaptados, con la obtención de la cuarta Copa Libertadores en la historia del elenco de Núñez.