El caperuzo del descenso urbano
Pedro Ferreira es oriundo de Quilpué y con los años se ha transformado en un todo un referente. Ganó la pista más larga del mundo en Medellín, y suma un bronce panamericano y paso por varias competencias.
El historial deportivo de Pedro Ferreira está lleno de éxitos. El oriundo de Quilpué es todo un referente nacional en el Descenso Urbano, modalidad del ciclismo en la que Ferreira se ha destacado desde los 14 años, y que consiste en "una sola bajada cronometrada, pero por un circuito de mayor dificultad y mucha pendiente, y que se corre con bicicleta de mucho recorrido de suspensión".
Desde pequeño el trabajo de su padre fue su inspiración. "El interés empezó por todo lo que tuviera dos ruedas, por mi papá que es corredor y mecánico de motos de velocidad, él me metió en el motocross desde los 11 a los 13 años y luego me llamó mucho atención las bicicletas con suspensión y ahí comencé con el descenso", recuerda sobre sus inicios.
El ciclista -hoy de 28 años- asegura que la clave para enfrentarse a la pista es la calma. "Siempre hay que estar bien relajado, trato de no presionarme para rendir más, y me siento increíble así, me encanta competir con los mejores". Su metodología lo ha llevado a alcanzar el primer lugar DH Urbano Medellín, en la pista más larga del mundo y el tercer lugar en Valparaíso Cerro Abajo 2017.
Durante la semana sopesa los tiempos entre su trabajo de social media para Commencal Bikes y Andorra, marca que lo patrocina, y los entrenamientos en la ciudad de Quilpué, lugar que dice ser privilegiado para practicar el ciclismo. "Tenemos muchos buenos spots para nuestra disciplina, tenemos el Valle de Retiro para la práctica de enduro -bajadas cronometradas-, también la cuesta La Dormida que es excelente para practicar descenso, y tenemos el santuario Dirt Park en Villa Alemana y el Belloto Dirt Park practicar Dirt Jump (saltos con bicicleta solo con suspensión delantera)", cuenta el deportista, ya pensando en su próximo desafío.
Camila Rojas Vargas
La Estrella de Valparaíso