Niñas ya lo ganan todo
En el Club de Gimnasia Lautaro (ex Pegasus) de Quilpué entrenan cinco de las deportistas de proyección que tiene el país.
Cargadas de medallas regresaron desde Perú a fines de octubre las gimnastas del Club Pegasus (ahora Lautaro) de Quilpué. Las deportistas del recinto, que constantemente están en lugares de relevencia en los campeonatos nacionales, tuvieron su primera incursión a nivel internacional y sus cinco representantes lograron una destacada participación, y no decepcionaron.
En tierra limeña, compitiendo en la Copa Ariana Orrego, Astrid Tittus, Eloisa Campos, Javiera Silva, Isabel Andrada y Daniela Chagay, se codearon con gimnastas de sudamérica y también de Estados Unidos, sacando a relucir su temple y calidad, demostrando que la disciplina tiene un auspicioso futuro en Chile. Las argentinas, peruanas y, sobre todo, estadounidenses asomaban como las principales amenazas para sus planes, pero en varias de las categorías las chilenas se quedaron con la victoria.
Tras tres días de ardua competencia, Eloisa Campos (nivel 2) resultó primera en la tabla general, en salto, barra y viga, además de ser segunda en suelo. Javiera Silva (nivel 4) alcanzó el primer lugar en la general, salto y barra, además de ser tercera en viga y suelo. Isabel Andrada (también nivel 4), obtuvo el cuarto lugar en la general, segunda en salto y suelo. Daniela Chagay (nivel 7) logró el primer lugar en salto.
Punto aparte en la participación chilena en la célebre copa que se realiza a modo de homenaje a la primera gimnasta peruana que llegó a los Juegos Olímpicos, fue el desempeño de la porteña Astrid Tittus, quien compitiendo en el nivel 8, se midió con las más destacadas del Cono Sur y Estados Unidos en su categoría, y quedó cuarta en la tabla general, en barra y viga, además de alcanzar un meritorio primer lugar en salto.
El desempeño de las jóvenes fue aplaudido por el público que asistió al Coliseo Eduardo Dibosde Lima, pero sobre todo, por el entrenador y propietario del ahora llamado Club de Gimnasia Lautaro, Lautaro Valenzuela. A su juicio, la competencia estuvo a un alto nivel y la clave para que sus dirigidas hayan logrado un buen desempeño es que "tienen mucha competencia en el cuerpo y en está, su primera vez afuera, lo afrontaron súper bien. En el fondo, nosotros trabajamos para eso".
"Quiero ser campeona"
Con los buenos resultados obtenidos en Lima, estas cinco gimnastas de la región, que no superan los 15 años, se están convirtiendo en referentes de las jóvenes promesas de la disciplina. También, claro está, lo son para sus compañeras más pequeñas del club. Esa responsabilidad la asumen con una madurez sorprendente y se dan el tiempo de aconsejar a quienes siguen sus pasos.
La mayor del grupo dorado que deslumbró en Perú, es Astrid Tittus (15), quien debe correr a tomar la micro cuando terminan sus clases de segundo año medio, en el Seminario San Rafael de Viña del Mar, para llegar a tiempo a entrenar. Aunque su extensa jornada diaria se vuelve agotadora a momentos, no duda un instante, porque tiene su horizonte bien claro: "Mi meta es llegar a la selección (...) vengo entrenando desde los 8 años. Es largo el tiempo, casi la mitad de mi vida, pero voy a tratar de luchar lo que sea necesario y cueste lo que cueste para poder cumplir esa meta", dice.
La menor de las "chicas doradas", Eloisa Campos (8), tampoco quiere ser menos: "Me gustaría ir a las Olimpiadas y ser campeona", asegura. Lo mismo se han propuesto Javiera e Isabel, las "juntas" del club, que sueñan con subirse al podio juntas en un Juego Olímpico.
Valenzuela aprovecha de hacer una fotografía de lo que ocurre en Chile, asegura, un país donde no existe una política deportiva que garantice el desarrollo adecuado de la gimnasia, la detección y donde la preparación de nuevos exponentes recae principalmente en los clubes y la inversión de particulares y las propias familias.
Aunque -agrega-, en comparación a otras naciones, las entidades gubernamentales del área aún siguen al debe con las gimnastas de proyección y élite. Pese a esto, este grupo de niñas pierden la esperanza de que con tesón y preparación puedan llegar lejos.
Mirian M ondaca Herrera.
La Estrella de Valparaíso.