Fabián San Martín D. y Priscilla Barrera Ll.
Un milagro de Navidad que le permita mejorar su autoestima y calidad de vida pidió una joven madre playanchina, que mandó una dramática carta al Viejito Pascuero.
Le complica dar su nombre y mostrar su rostro. V.F.M. tiene 25 años y es madre de tres niñas de 8, 4 y 3 años. La primera la tuvo a los 16 años y presentó diversas problemas de salud que la mantuvieron hospitalizada. Ya en ese tiempo V.F. comenzó a desarrollar una depresión severa que no ha tratado con especialistas, que incluso la llevó a atentar contra su vida en más de una ocasión.
Separada del padre de su primogénita, hace 6 años encontró el amor con su nueva pareja, con quien engendró otras dos hijas. Dice que a diario recibe el amor incondicional de su pareja, pero ello no ha sido suficiente porque se siente poco atractiva.
Admite que durante un par de años descuidó su salud e imagen personal, en especial la higiene bucal. "La depresión lleva a muchas cosas y una de ellas es descuidarse de uno mismo, sin darnos cuenta hasta que los demás nos critican", habla llorando.
En su embarazo evidenció una gingivitis gestacional y post parto que hasta hoy la afligen, junto con otras patologías.
"Me daba vergüenza ir al dentista porque hubo uno que me retó, que yo era cochina y no entendió que estaba deprimida. Comencé a aislarme más todavía", recuerda. Ahora el problema radica en la parte superior de su dentadura, en el lado izquierdo de la cara. Tiene constante dolor al masticar, con inflamación de encías, daños en nervios y piezas dentarias sueltas con serio riesgo de pérdida.
Acudió a un consultorio donde le aconsejaron ir a un especialista porque necesita un completo y costoso tratamiento para reemplazar sus piezas, el que no está en condiciones de pagar. Ella vende ropa y comestibles en ferias de la zona, y su pareja que es guardia está cesante.
Juntan dinero para cambiarse de casa. Angustiada escribió al Viejito Pascuero para pedir un milagro (ver recuadro). "Me da vergüenza besar a mi pareja o sonreír. Cuando hablo me tapo la boca con la mano o con el labio. Quiero reír de nuevo, que no me critiquen. Tratar de verme bonita porque me acompleja harto. Me siento fea y quiero sentirme bien conmigo", afirmó entre lágrimas.
A V.F. le gusta vender y atender público, y en 2017 la despidieron de un local porque no tenia buena apariencia. Por eso espera alguien de buen corazón cumpla su sueño de una nueva sonrisa en la próxima Nochebuena.