Portuarios por Año Nuevo: (será) "un show como nunca antes"
Ayer fue la jornada más violenta en lo que va de movilizaciones. Comenzó con incidentes en Barrio Puerto y continuó con el desalojo del Sindicato de Estibadores. Hubo 20 detenidos.
Mirian Mondaca H. - Nicole Valverde S.
Piedras, bombas molotov y barricadas incendiarias, nuevamente entorpecieron el tránsito de quienes la mañana de ayer transitaban por las cercanías del Sindicato de Estibadores de Valparaíso, en avenida Errázuriz con Almirante Goñi. Pero el clímax de las manifestaciones se desarrollaron durante la tarde, cuando personal de Fuerzas Especiales ingresó al edificio del Sindicato de Estibadores y detuvo cerca de 20 trabajadores portuarios eventuales, lo que desató la jornada más violenta de estos 31 días de movilizaciones.
La escalada de violencia que ha adquirido el conflicto portuario que ya cumple un mes, llegó a tal punto que, incluso, repercutió en Santiago y motivó el pronunciamiento de el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla.
En la capital, Ubilla aseguró que se han estado realizando coordinaciones con la Intendencia de Valparaíso y los Ministerios de Transportes y Trabajo para llevar a cabo distintas acciones y que "se le ha pedido a Carabineros que implemente todas las medidas preventivas a fin de garantizar el normal funcionamiento de la ciudad".
ULTImáTUM
Con los ojos de las autoridades gubernamentales en Valparaíso y cuando aún no se disipaba del todo el abundante humo que cubrió el sector Barrio Puerto, un grupo de dirigentes encabezados por el vocero de los trabajadores eventuales, Pablo Klimpel y Gustavo Olmos, llegó hasta el Juzgado de Garantía de la ciudad para presentar una querella por amenazas y lesiones que han sufrido activistas sociales, universitarios y sindicalistas que se han adherido al movimiento. Según denuncian, durante el desarrollo del conflicto habrían sufrido amenazas telefónicas, golpizas y persecución de parte de desconocidos en automóviles sin patente.
En ese contexto, Klimpel, quien es director del Sindicato N°1 de Estibadores, insistió que de no lograr un acuerdo con el concesionario Terminal Pacífico Sur (TPS), Valparaíso impedirán el normal desarrollo de la tradicional Fiesta Año Nuevo en el Mar. Esta vez, eso sí, fue más directo a la hora de entregar el ultimátum de los trabajadores movilizados, ya que advirtió que van a tener "fuegos pirotécnicos en la calle, un show como nunca antes se ha visto. Un Año Nuevo alternativo, con barricadas, protestas y todas esas cosas".
El boicot a la celebración, además, no solo se remitiría a lo que puedan realizar en las arterias céntricas de la ciudad, sino que también podría extenderse a la zona donde se instalan las cargas de explosivos para el espectáculo de pirotecnia. Es más, el vocero indicó que "yo creo que es probable que hagamos eso, que impidamos que ocupen el espigón, el sitio 5, 3,4,1 del puerto y todos los sitios, si no hay una respuesta favorable a los trabajadores".
Ante esta amenaza latente al normal desarrollo del principal espectáculo pirotécnico del país y uno de los más reconocidos del mundo, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, lamentó el nivel de violencia que ha alcanzado el conflicto e insistió que mientras más tiempo tarde en llegar un acuerdo entre las partes, más complejas serán las consecuencias para la comuna. "Vuelvo a hacer el llamado al diálogo, el llamado a que las posciones se acerquen, y en particular, al concesionario, quien ha demostrado intransigencia, que deje atrás la indolencia y que piense en la ciudad", indicó la primera autoridad comunal.
Al igual que expresó Klimpel, quien adelantó que hoy presentarán un proyecto de acuerdo en la Cámara de Diputados y el Senado, para forzar al Ejecutivo a que tome medidas más profundas, para Sharp, el conflicto dejó de ser un asunto exclusivo entre empleador y trabajadores. A su modo de ver, este es "un conflicto entre actores que juegan un rol fundamental en un recurso público, que es un puerto y eso deja inmediatemete de ser un conflicto de carácter privado (...) además, está generando un efecto no solamente a la ciudad, sino que a toda la cadena logística portuaria", dijo el alcalde, quien también instó al Estado a revisar el contrato de concesión.
Si para Klimpel y Sharp el conflicto escaló a una dimensión que excede a lo privado, en el Ejecutivo lo ven de manera diferente. De hecho, en respuesta a la petición del alcalde porteño de intervenir en la problemática, en el contexto de un encuentro que el presidente Sebastián Piñera sostuvo con los presidentes de los partidos de Chile Vamos, insistió en que se trata de un conflicto entre privados. No obstante, aseguró que el Gobierno ha estado monitoreando y colaborando en post de alcanzar un acuerdo.
Frente a las instrucciones desde el Gobierno Central, aunque no se ha establecido hasta el momento una acción más directa en la resolución del conflicto, el intendente regional, Jorge Martínez, aseguró que esta trabajando de forma conjunta y coordinada con la ministra de Transportes, Gloria Hutt, y su par del Trabajo, Nicolás Monckeberg. "Nosotros confiamos en el sentido común y en la prudencia. Tanto de la empresa que hoy día se encuentra negociando, que es TPS, cuanto de los trabajadores y los dirigentes portuarios (...) ellos lo que quieren es una solución a su problemas económico, ese es el punto central hoy día", señaló Martínez. En tanto, frente a la amenaza que reviste para el desarrollo del Año Nuevo en el Mar las manifestaciones que anuncian los trabajadores portuarios eventuales, la primera autoridad regional declinó referirse a medidas de contingencia específicas para el 31 de diciembre y 1 de enero. Solo indicó que espera que para esa fecha la empresa y los trabajadores hayan llegado a un acuerdo y que "vamos a adoptar todas las medidas para la más plena seguridad de las personas en cualquier actividad pública sea esta el Año Nuevo u otra actividad pública".
Durante la nueva jornada de manifestaciones, desde TPS no se refirieron a la nueva ofensiva de los trabajadores. Desde el área de comunicaciones de la empresa se limitaron a decir que "las conversaciones siguen, nunca se han suspendido".
Por otra parte, un nuevo coletazo del conflicto podría ocurrir este viernes, ya que desde la Federeción de Conductores de la Locomoción Colectiva de la Quinta Región, advirtieron que si el jueves no existe una solución al conflicto, el día siguiente paralizarán sus funciones. Esto, por temor a la seguridad de sus choferes a causa de las constantes protestas.
Jornada más violenta
La que parecía una calma tarde ayer se vio abruptamente interrumpida cuando a eso de las 18.30 horas los trabajadores portuarios movilizados nuevamente salieron a la calle para manifestarse.
El tránsito vehicular quedó suspendido entre plaza Sotomayor hasta La Aduana, provocando gran atochamiento de vehicular.
Paralelamente, los portuarios se enfrentaban a un gran contingente de Fuerzas Especiales, quienes ingresaron a las inmediaciones del Sindicato de Estibadores y detuvieron a alrededor de 20 trabajadores eventuales.
El presidente del Sindicato Unificador de Especialidades Marítimo Portuario, Osvaldo Quevedo, afirmó que ingresaron alrededor de 100 carabineros al tercer piso, mientras que el resto escapó hacia el techo del inmueble.
"Alrededor de 20 compañeros fueron detenidos con violencia. Ahora fueron trasladados a la asistencia pública para constatar lesiones, y después van a ser trasladados a la Segunda Comisaría Central", declaró el dirigente quien agregó que tras lo ocurrido van a radicalizar aún más las manifestaciones. "¿Querían Año Nuevo?. ¡No hay Año Nuevo!", sentenció.