Al rescate patrimonial del edificio Blanco 318
Con el fin de mantener el patrimonio y promover la actividad hotelera y comercial del Barrio Puerto, el inmueble que alberga a Las Cachás Grandes será remodelado.
Camila Bravo - La Estrella de Valparaíso
No es novedad que los residentes del Barrio Puerto den cuenta del abandono que poseen las calles e infraestructura de la zona. El edificio en que se encuentra el tradicional restaurant Las Cachás Grandes no está ajeno a esta situación y por ello es partícipe de la recuperación patrimonial del inmueble que busca devolver al barrio las principales actividades hoteleras y de comercio a través de una propuesta comprometida con la herencia porteña.
"El proyecto surge con el objetivo de devolver el inmueble a sus habitantes tomando en cuenta su uso tradicional, bastante cercano al rubro de la hotelería y vinculado a la historia del Barrio", indica Ana María Lazo, quien desde octubre del 2018 se ha hecho cargo de la administración de la obra del edificio en conjunto a la constructora Sociedad Impakto, quienes estiman además, una fecha de entrega hacia finales del 2019.
Más que sólo una remodelación, este proyecto tiene como objetivo principal la recuperación patrimonial, rescatar el inmueble y devolverle su uso tradicional. Se busca mantener en el edificio la identidad arquitectónica del Puerto, que ha albergado espacios comerciales tradicionales como el restaurant Las Cachás Grandes, que además de crear instancias de música y cultura, mantiene una activa participación con la sociedad.
Trayectoria hotelera
Tal como data el libro de Samuel León, "Los antiguos hoteles del puerto de Valparaíso", se hace un especial reconocimiento al uso habitacional y a la actividad hotelera entre las calles Blanco y Cochrane. Hoteles como el Alemán o el Garden en la calle Serrano son algunas de los grandes edificios que mantienen la historia del puerto viva.
Y como no le van a dar protagonismo al barrio si el Hotel Garden es el más antiguo de Chile. Construido durante 1870, el inmueble ha decorado las calles del puerto y además, pudo beneficiarse de una gran remodelación durante el 2010 a causa del terremoto del 27F.
Para contribuir de igual forma al aporte patrimonial de la ciudad, la idea de la reconstrucción es reparar el edificio de Blanco 318 para fomentar la actividad hotelera y beneficiar otros rubros comerciales.
Además, en el edificio existe un proyecto para la construcción de un hostal en una de sus salas interiores, por la entrada 328 en donde hay ocho departamentos en proceso de remodelación que podrían convertirse en futuros alojamientos.
"El objetivo principal es remodelarlo y devolverlo al barrio para que sea habitado por quienes residen allí o para quienes tengan empatía con el lugar. No es la idea echar abajo el edificio para construirlo de otra forma, o que el aspecto de los departamentos tengan una arquitectura más moderna. Es respetar las líneas y las características del barrio", señala Ana María Lazo.
Las cachás grandes
Y es que el edificio de Blanco 318 no sería el mismo sin su conocido y tradicional local comercial Las Cachás Grandes. Un restaurant que se caracteriza por su activa propuesta musical, tanto en tocatas como en clases de baile o noches temáticas, como los martes de milonga o domingos de boleros.
Desde 1930 que este local ha tomado lugar en el recinto. Con una serie de dueños distintos a lo largo del tiempo, el lugar está hoy en manos de Carlos Arredondo y Carolina Videla, los actuales administradores del restaurant.
Aunque beneficiados por la ubicación y trayectoria del lugar, los locatarios del edificio afirman que durante las últimas manifestaciones, han sido víctimas de los efectos de las protestas derivadas del paro portuario que mantuvo congelado el sector por 35 días.
"Durante un mes y medio no pudimos abrir el local. El olor a lacrimógena quedaba hasta el otro día. No nos afectó directo el paro o que no dejaran pasar a la gente, nos afectó más los residuos del paro", índica Carlos Arredondo, administrador de Las Cachás Grandes.
Arredondo y Videla, participan de la Asociación gremial de locatarios Barrio Puerto, un gremio de 20 personas que han impulsado varios proyectos que rescatan las virtudes urbanas de la zona y promueven actividades sociales. Ejemplo de ello fue en Navidad, cuando el gremio gestionó la entrega de regalos donados por el municipio para los hijos de los portuarios eventuales que se encontraban en paro.
Si bien las remodelaciones que se han realizado en el edificio no tienen directa relación con el local, el recinto comercial ha podido beneficiarse de nuevas instalaciones eléctricas y sanitarias. Factores que en conjunto con la labor que realiza Sociedad Impakto en el recinto, concretaran un levantamiento de imagen apoyado en el rescate de un patrimonio, que como clasifica Unesco, no sólo le pertenece al Puerto, sino a la humanidad