Actores y cirqueros buscan restaurar ex Hotel Royal con función cabaret
El inmueble, que se encontraba en desuso hace diez años, será restaurado por el Espacio Cultural Warhola, quienes para reunir fondos organizaron una cena-espectáculo.
Catalina Blanco Gómez - La Estrella de Valparaíso
Con un llamativo espectáculo, el Espacio Cultural Warhola, junto a un grupo de artistas del mundo del teatro y del circo, busca iniciar el proceso de recuperación del antiguo Hotel Royal, el que fue construido por uno de los arquitectos más reconocidos del siglo pasado y cuyo espacio lleva diez años en desuso.
El show "Cabaret Tóxico" tiene como fin reunir fondos para restaurar el inmueble e incluye una cena espectáculo de cuatro tiempos. Mientras se sirven los platos de comida, se realizará un relato dividido en distintos números artísticos.
El espectáculo mezcla diferentes disciplinas y las escenas se van desarrollando en los distintos salones del hotel. El elenco se inspira en la muerte de Edith Piaf y en el libro "Triste, solitario y final" del novelista argentino Osvaldo Soriano, que retrata el lado más oscuro de Hollywood.
Camilo Romero, director artístico de "Cabaret Tóxico", comentó los objetivos de la pieza: "Apuntamos a un espectáculo turístico que lleve a disfrutar de la comida. Es necesario abrir el horizonte del arte y que no se agote el recurso del turista solo en el museo, el paseo en lancha, en la caminata o en ir a ver una obra de teatro; también abrirlo a este tipo de instancias".
Malabarismo, poesía, actuación, música, teatro, mimos y hasta el despliegue en el aire de una chica solamente amarrada con su cabellera a una cuerda, se podrá ver en el cuadro artístico ambientado en el Valparaíso de los años 30.
Hotel Royal
El inmueble fue diseñado por el arquitecto Esteban Osvaldo Harrington, quien fue reconocido luego del terremoto que afectó a la Ciudad Puerto en 1906, cuando la gran mayoría de las edificaciones se vinieron abajo, menos las que proyectó él.
Algunas de sus obras son el Hotel Reina Victoria, la Compañía Sudamericana de Vapores, el conjunto residencial en el Pasaje Harrington en Playa Ancha y el Edificio Cousiño, entre otros.
Ubicado a pasos de la Plaza Aníbal Pinto, fue uno de los grandes hoteles de Latinoamérica entre 1920 y 1930; en este espacio se alojaban turistas adinerados que llegaban a Valparaíso.
En 1945 se convierte en una galería comercial y es intervenido de forma abrupta en su arquitectura. Fue utilizado por una fotocopiadora, una reparadora de máquinas de escribir, peluquerías, joyerías, modistas y otros comercios. Hasta hace diez años el espacio se encontraba en desuso, y es luego de cinco meses de negociación entre el Espacio Cultural Warhola y su dueño, quien prefiere mantenerse en el anonimato, que llegan a un consenso accesible a cambio de la restauración y conservación del patrimonio arquitectónico del lugar.
Warhola
El espacio cultural Warhola está compuesto por ocho personas que se reúnen el 2015 en el edificio La Española, donde disponían de diez salas de ensayo y de grabaciones enfocadas en la música. Después de un tiempo este lugar se incendia y surge la necesidad de profundizar y profesionalizar sus quehaceres.
Luego llegan a la casa de una familia italiana y al pasar el invierno esta casa se inunda completamente, por lo que tienen que buscar lugar, otra vez.
Pese a todos estos conflictos, la organización sigue buscando subsistir para fomentar las artes y las culturas en la ciudad y en un proceso de búsqueda de arriendo es que llegan a este edificio patrimonial.
Actualmente se encuentran trabajando para conseguir los recursos necesarios para restaurar el edificio, siendo el piso mínimo que necesitan el de 200 millones de pesos.
Fernando González, quien es administrador y técnico del Espacio Cultural Warhola comentó los objetivos del proyecto cultural.
"Pretende ser un salón de exposición para conciertos, teatro, pintura y exposiciones en general. Se podrán realizar ferias, convenciones, hasta queremos crear un sello discográfico. Que vengan artistas internacionales que nos permitan hacer conexión con el mundo y desde aquí lograr ser un nexo para que vayan los artistas a otros países. Queremos abrir el espacio también a la ciencia y a todo lo que salga de los patrones económicos".
Con el show Cabaret Tóxico pretenden llegar a 300 personas que disfruten de un espectáculo único en la ciudad, sin duda es una narración que sorprenderá y que toma diferentes riesgos.