Conconino es el nuevo N°1 del tenis adaptado a nivel mundial
Luis Viñales perdió su pierna a los cinco años, y 30 años después logró convertirse en monarca planetario.
Nicolás Arancibia Bórquez
Desde Alemania, donde está disfrutando su nuevo logro junto a unos viejos amigos, Luis Viñales contestó el llamado de La Estrella para contar cómo se sentía luego de haber tocado el cielo en el mundo del tenis adaptado. El domingo, luego de quedarse con el título del Malmo Open, en Suecia, el conconino quedó posicionado como N°1 del mundo de su especialidad, un sueño que tenía desde hace muchos años.
"Yo ya me presentaba a este campeonato como N°2 del mundo, tenía 450 puntos menos que el N°1, el mexicano Francisco Cardoso. Él no participó del torneo, entonces yo sabía que que mientras más avanzara, más cerca estaba de la meta del N°1. Al final salí campeón y sumé 2.000 puntos. Estoy feliz", reveló el deportista, que trabaja actualmente como enfermero en el Sapu de Concón.
Más allá de la alegría por el hito, Luis estaba nostálgico y su voz se notaba algo quebrada cuando hablaba de su familia, que por temas económicos no pudo acompañarlo en tierras nórdicas. "Saber que mi familia está contenta es lo que me hace más feliz, porque cada vez que yo competía sentía su confianza. Cada vez que entro a la cancha, siento que ellos toman la raqueta igual que yo. Son una fuerza que me impulsa, y se los regalo a ellos, porque jamás lo hubiese logrado sin su apoyo. Ahora me dicen que disfrute acá en Alemania, pero igual me dio harta tristeza emocionarme estando acá, lejos del país, prácticamente solo", confesó.
Las dificultades
"Todo ha sido muy rápido, pero también muy difícil", relata Luis, que como todo deportista en nuestro país, ha debido sortear las dificultades económicas que conlleva ser parte de la élite.
"Tengo tres carreras, estudié administración de empresas, técnico en enfermería, y ahora hace poco me titulé como enfermero universitario. Todo esto partió como un sueño, descubrí que existía esta modalidad de tenis, me di cuenta que podía, estaban las ganas, pero faltaba el tema de las lucas. Todo en un principio salía del bolsillo de mis padres y mío, me endeudaba uno o dos años para poder comprar un pasaje a Estados Unidos. Me iba bien, ganaba, fui a nacionales, pero yo era de muy bajo perfil", recuerda el nuevo monarca planetario.
Al ver cómo el poder sobrellevar su carrera se le hacía cada vez más difícil, fue que Luis escuchó el llamado de su familia, quienes "me dijeron que tenía que mostrar lo que estaba haciendo. Lo hice, y ahí fui becado como deportista destacado por la municipalidad de Concón, quienes ahora me dan recursos, pagándome el 50% de mis gastos. Esto sí fue después de tres años que ya llevaba compitiendo, entonces uno antes creía que solo con jugar bien bastaba, pero resulta que llegas a un torneo comiendo lo justo y después no te alcanza. La paz mental de poder sobrellevar los gastos es clave para triunfar".
El club de tenis de la Refinería de Concón es otro de los lugares que becaron al deportista de 35 años, lugar donde actualmente entrena y en el que espera seguir mejorando para revalidar su nuevo reinado.
Su pierna
La fortaleza que Luis demuestra dentro de la cancha, es algo que tiene hace muchos años de trabajo, y eso se nota al momento de contar su historia.
"A los cinco años iba caminando por la vereda, y un auto con el conductor en estado de ebriedad me atropelló por la espalda, lo que hizo que perdiera mi pierna. Así de fortuito fue todo. Uno sale del hogar y no sabe en qué condiciones va a volver, por eso siempre digo que uno nunca está libre de nada", nos cuenta, para luego agregar que "estuve dos meses en coma, al borde de la muerte, de hecho en un momento estuve más muerto que vivo. Después me tocó estar un año en rehabilitación, aprendiendo a caminar de nuevo. A los seis años tuve que volver a aprender a vivir. Me tocó de todo, luego estuve en Teletón hasta ser mayor de edad. A ellos les debo mucho porque me facilitaron la prótesis, y me dieron mucha ayuda tanto médica como sicológica, principalmente porque mi familia no tenía las condiciones para poder solventar mi discapacidad".
En el deporte, Luis encontró finalmente una salida, contando que "con mucho bullying aprendí a sacar fortalezas. A los 10 años entré a trabajar las canchas de la refinería pagar ganarme unos pesitos. Ahí aprendí a jugar. Después de trabajar me quedaba entrenando solo. Aprendí a sacar, me fui emparejando, y entremedio de la universidad empecé a dedicarme a esto hace como cuatro años".
nicolas.arancibia@estrellavalpo.cl