Francisca Palma Schiller - La Estrella de Valparaíso

El fin de semana pasado, el caso que afectó a un joven de 21 años, de Villa Alemana, despertó la preocupación.

Se contactó a través de una plataforma virtual para comprar 10 mil pesos en marihuana, pero rápidamente todo se volvió en una pesadilla.

Tras reunirse con el vendedor en las cercanías de Agua Santa, el microtraficante le disparó directamente en el tórax, dejándolo gravemente herido. Hoy se recupera en el Hospital Gustavo Fricke y se encuentra estable.

Pero el caso del joven identificado con las iniciales de R.F.T.S. no es aislado. Actualmente, es habitual que este tipo de transacciones -vale decir, la compra de drogas ilícitas- se realice por el chat que ofrecen diversas aplicaciones telefónicas que, en su mayoría, fueron creadas para acordar citas amorosas.

El asunto nada de amoroso tiene. El modus operandi de diversos dealers es ingresar a estas aplicaciones para concretar la venta de drogas. Las preferidas son el éxtasis y la marihuana.

"Las nuevas aplicaciones como Grindr, que fueron creadas para citas amorosas, y Whatsapp, hoy se utilizan para la comercialización de drogas y esto ha ido en aumento. Es por esto que hemos querido tratar de buscar la forma de conocer su modus operandi y ver el tipo de perfiles de los usuarios", señala el inspector Diego Pérez, quien pertenece a la Brigada de Narcóticos y Crimen Organizado (BRIANCO) de la PDI de Valparaíso.

Perfil

A pesar de que no se han podido identificar de forma clara a los protagonistas de esta nueva forma de venta, sí se ha logrado establecer ciertos rasgos que se repiten entre vendedores y compradores.

"Antes las drogas apuntaban hacia una clase social más alta, con poder adquisitivo debido al alto valor de las sustancias. En la actualidad, se han ido acercando a los jóvenes de diversos estratos sociales, ya que es mucho más accesible. Por el momento, Grindr (una aplicación para conocer pareja, similar a Tinder, pero orientada a un público mayoritariamente homosexual) es la más llamativa y lo que más se vende es éxtasis, LSD, hongos, marihuana y cocaína", puntualiza el inspector Pérez.

A pesar de ser una aplicación aprobada para su descarga, nadie asegura quién está detrás del teléfono, por lo tanto, es posible exponerse a riesgos en caso de concertar una cita con un traficante. Tal como le ocurrió al joven villalemanino.

"El riesgo está en que no sabes con quién te vas a encontrar, no sabes si te va a vender una sustancia controlada por la ley 20.000 y no sabes qué persona puede ser, porque pueden acordar la venta de la droga pero finalmente no sabes si te va a comercializar el producto", manifiesta Pérez.

Público

Aunque no se crea, el procedimiento posee un gran porcentaje de adherentes. Es que, a pesar de los riesgos que conlleva este nuevo mercado de la droga, los usuarios lo prefieren debido a la gratuidad de la aplicación y la facilidad para llegar a los acuerdos de la transacción. También permite cierta privacidad, pues el contacto se hace persona a persona.

Ante esta situación, la PDI ha puesto todos sus esfuerzos en sus líneas investigativas para desbaratar este modus operandi.

"En la actualidad tenemos acceso a nuevas investigaciones y tenemos que estar a la vanguardia de la criminalidad de nuestro país. Por eso trabajamos en conocer este tipo de relación", indica el inspector.

Hasta ahora, la Fiscalía de Ñuñoa, en Santiago, ha logrado la formalización de cuatro personas por comercialización de drogas a través de aplicaciones de citas.