Marcela Guajardo Pérez - La Estrella de Valparaíso
Controversia ha causado este plan piloto, que permite que hombres acusados de violencia intrafamiliar puedan acceder a una salida alternativa si se someten a un tratamiento.
La iniciativa fue apoyada por la Corte de Apelaciones, Sernameg, la Fiscalía y la Defensoría, que firmaron un protocolo de acuerdo para trabajar en conjunto con el objetivo de detectar estos casos.
"Los agresores van a ser sujetos a la suspensión y esto va a tener un seguimiento por parte de las autoridades para ver la eficacia de este acuerdo, que pueda haber realmente una rehabilitación para los hombres agresores", aseguró la ministra Rosa Aguirre, presidente de la Corte de Apelaciones de Valparaíso.
Los candidatos a este programa que comenzará a aplicarse primero en Viña del Mar, deberán cumplir ciertos requisitos como no tener antecedentes anteriores de violencia familiar, no tener asignada una pena superior a tres años y no tener una suspensión condicional vigente. "Acá descartamos los casos de violencia intrafamiliar alto y dejamos los niveles medios o bajos. El sentido que tiene este protocolo es dar un grado de mayor efectividad al cumplimiento de esa suspensión condicional", dice Claudia Perivancich, fiscal regional de Valparaíso.
Tratamiento
Los hombres que cumplan con estos requisitos y deseen voluntariamente entrar en este programa, serán derivados a uno de los centros que tiene el Sernameg para rehabilitar a hombres agresores, donde recibirán apoyo psicoeducativo.
"En la medida en que uno hace un trabajo de deconstruir los patrones agresivos en los hombres, podemos entonces fortalecer las herramientas para proteger a las mujeres en esta violencia que es muy dañina hacia la mujer", afirma María Ester Munnier, directora regional del Sernameg.
Según el defensor regional, Claudio Reyes, este programa permite dar una respuesta distinta a los casos de violencia intrafamiliar que es encarcelar a los culpables. "Es para aquellos hombres que voluntariamente accedan a esta suspensión con la posibilidad de un tratamiento de buena calidad. Hay muchos que tienen naturalizada la violencia en la con vivencia diaria con sus parejas, pero también hay hombres dispuestos al cambio".
Violencia
Sin embargo, no todos coinciden con rehabilitar sin una pena de cárcel. "Creo que siempre tiene que haber una pena en estos casos, es el mejor disuasivo para que no se repita la violencia", dice Jeanette Bruna, directora de la ONG Abogadas ProChile.
La abogada asegura que en muchos casos las propias víctimas no pueden acceder a tratamiento psicológico durante meses por no existir cupos en el sistema judicial, por lo que cuestiona la eficacia de esta salida alternativa.
"La rehabilitación debería ser una condena accesoria, que acompañe a la pena de prisión. Me preocupa que muchas mujeres que denuncian quedan abandonadas, por lo que prefiero que los recursos se inviertan en la víctima. Además, en el caso de violencia de género cuesta mucho que los hombres se rehabiliten porque piensan que son superiores a las mujeres", dice.