Catalina Blanco Gómez - La Estrella de Valparaíso
El Complejo Penitenciario Femenino de Valparaíso (CPFV), ubicado en el camino La Pólvora, alberga diariamente a un aproximado de 200 mujeres quienes son resguardadas por un promedio de 30 funcionarias de Gendarmería cada día.
Pese a que desde la institución reconocen que hay internas que no tienen relación con las funcionarias, también hay otras que han generado lazos afectivos y de amistad con quienes son sus carceleras. Por supuesto esto se enmarca entre las mujeres que tienen mejor comportamiento dentro del recinto.
La Estrella de Valparaíso conversó con cinco de estas mujeres para visibilizar esta realidad en el marco del Día Internacional de la Mujer.
Representando a las gendarmes, las mujeres que ofrecieron su testimonio son: la sargento primero Jeanette Soto, las cabos Andrea Ponce y Jeniffer Valenzuela. Todas trabajan de hace más de 10 años en el CPFV.
Por otra parte las internas que se expresaron en sobre esta relación son Leticia Vergara y Paola Marambio, ambas madres de 39 años.
El vínculo afectivo
Según lo que cuenta Jeniffer Valenzuela, el inicio de esta relación comienza en una conversación. "Todo comienza escuchando a las internas, ahí uno va conociendo su vida personal, cómo es su familia y las problemáticas que tienen", señaló.
Jeannet Soto, quien lleva trabajando por más de 20 años en el establecimiento, se niega a abandonar su puesto de trabajo por todos los conocimientos que ha adquirido, afirma que la reincidencia carcelaria hace que las funcionarias sean testigos del crecimiento de las reclusas. "Pasa que a veces tu ves llegar a las internas chiquititas y después vuelven y es un reencuentro".
Desde la perspectiva de la interna Paola Marambio, los momentos en los que más acuden a las trabajadoras penitenciarias es cuando se siente mal. "A veces uno necesita conversar cosas de una y nos escuchan, nos ven llorar "
Leticia Vergara Carilaf en relación a esto, dijo que: "Son como nuestras psicólogas, cuando necesitamos apoyo no vamos donde una interna, siempre buscamos a las funcionarias. Nos escuchan o nos aconsejan."
Amigas y gendarmes
Pese a la relación de cariño que se genera entre estas mujeres que están en una relación asimétrica, todas entienden que hay situaciones que no se pueden pasar a llevar por los afectos.
Leticia Vergara comentó sobre los momentos en que las funcionarias las retan. "Obvio que nos enojamos cuando nos dicen que no, como cualquier persona, pero nos escuchan y entienden. Nosotras tenemos que acatar reglas porque somos las internas".
Sobre esto todas las guardias afirman que pese a que existe un cariño hay un reglamento que debe ser respetado y en caso de que las reclusas no lo cumplan tienen que ser castigadas.
También afirman que cuando ellas suelen infringir las reglas suelen pedirles perdón porque sienten que han quebrado la confianza.
Para las internas lo más difícil de estar encarceladas, tiene referencia con la rutina, pese a que han participado constantemente de las actividades extraprogramáticas que ofrece el recinto penitenciario, dijeron que están en un constante estado de aburrimiento.
Partera y gendarme
La cabo Jeniffer Valenzuela hace diez años aproximadamente asistió un parto de una interna con siete meses de embarazo, debido a que los paramédicos aún no ingresaban al recinto por horario de trabajo. Dicha acción le significó encariñarse aún más con su trabajo.