A fines de marzo y con una puesta en marcha blanca por dos semanas, el ascensor Concepción (ingreso por el sector Reloj Turri en el plan) será entregado al público tras 2 años de trabajos. "Nosotros nos comprometimos a entregarlo en esta fecha y ya estamos en las inspecciones finales. El ascensor ya fue recibido y hubo correcciones por parte del contratista que tardarán un par de días en ser realizadas", acotó Rodrigo Sepúlveda, seremi de Obras Públicas.
Un 77 % de avance poseen las obras de reparación del ascensor Monjas, cuyos trabajos se iniciaron el 2017 y serán entregadas en septiembre próximo.
Ubicado a los pies de la avenida Francia con Baquedano, el ascensor Monjas funcionó hasta inicios del año 2000 para quedar en desuso casi dos décadas.
Ayer el seremi de Obras Públicas, Rodrigo Sepúlveda junto al director regional de Arquitectura del MOP, Manuel Pedreros, inspeccionaron las obras que tuvieron un valor de alrededor de 2 mil millones de pesos.
"Al igual que en los otros ascensores que se han restaurado, en el Monjas el gran desafío fue su arquitectura y sistema mecánico, al igual que la recuperación patrimonial. Es que tras hacer los diagnósticos y llevar a cabo el proyecto, hay deterioro de los elementos", detalló Pedreros.
Al ascensor se le agregaron ramplas de acceso en los tres niveles, acordes a la ley de accesibilidad universal y hubo un refuerzo en la tabiquería original.
Dentro de las dificultades que presentó el proyecto, lo más complicado fue el plano de "rodadura" es que en el ascensor Monjas se colinda con viviendas que prácticamente están dentro de los rieles.
"El 2018 recibimos 5 ascensores en plena obra, ya se han reinaugurado 2 (Espíritu Santo y Cordillera) y están próximos a la entrega el Monjas y Villaseca en el segundo semestre (...) todos han sido trabajos muy desafiantes e intensos, por lo mismo hemos declarado desiertas las licitaciones por los ascensores Artillería, Mariposas, Larraín y Florida. Es que nos dimos cuenta que íbamos a tener problemas y reescribimos las bases técnicas para mejorar los tiempos de entrega", manifestó el seremi de Obras Públicas Rodrigo Sepúlveda.
El valor por reparación de cada uno de los ascensores se calcula entre los 1500 a 2000 millones de pesos.
Muy triste se encuentra la familia de Francisca Silva, más conocida como Panchita, la niña de tan solo cinco años que en 2009 fue brutalmente violada, asesinada y arrojada al mar en el sector de Las Torpederas por Juan Saavedra Espinoza. Resulta que hace unos días -y como de costumbre- sus seres queridos llegaron hasta el sector de la Piedra Feliz a limpiar la animita de Panchita, y se encontraron la desagradable sorpresa de que los peluches que la gente le deja de regalo habían sido quemados.
Su padre, Francisco Silva, relató con tristeza: "Siempre vamos en familia a limpiar su grutita. Esa vez fuimos con mi señora y nuestras tres hijas, porque a las niñas les gusta jugar con los peluches que le deja la gente, como si jugaran con su hermanita. Pero cuando llegamos nos dimos cuenta que la habían quemado".
Francisco lamentó que la escena afectó mucho a Danitza Benavides, su esposa y mamá de Panchita, ya que esta es la tercera vez que la animita de su hija es destruida.
"Quedamos súper impactados cuando vimos cómo quedo. La primera vez un paciente del Hospital Psiquiátrico del Salvador que quemó su grutita. Y la segunda fue por las marejadas de hace unos años, donde las olas arrasaron con todo en Las Torpederas. Pero gracias al cariño y el esfuerzo de mucha gente que recuerda y quiere a mi hija pudimos reconstruir su memorial en ambas ocasiones", dijo Silva.
Y agregó: "Lo que me da pena y rabia es que lo de ahora fue pura maldad, porque abajo en unos muros de la parte de los roqueríos dejaron mensajes satánicos contra la Iglesia".
La frase anarquista que dejaron escrita en los muros de contención del oleaje dice: "La única iglesia que ilumina es la que arde".
Según Francisco, cuando estaban el Las Torpederas hablaron con un trabajador del lugar, quien les aseguró que había visto a una pareja, un hombre y una mujer, que habrían rociado parafina en la animita para luego prenderle fuego.
"El caballero que vive ahí cerca a un costado de Las Torpederas dijo que la habían quemado", recalcó Silva.
La familia de Panchita quiso hacer público lo ocurrido para pedir respeto por la memoria de su hija, cuya animita es visitada constantemente por distintas personas que le dejan peluches y juguetes.
Es por eso que los Silva Benavides piden mayor seguridad e iluminación en el sector, ya que es muy oscuro y solitario. "Hemos ido de tarde noche y el sector es una 'boca de lobo'. Es muy peligroso", concluyó el padre.