Cambio al control de identidad: la opinión de los menores de 18
La propuesta del Gobierno fue oficializada el miércoles pasado y busca reducir la edad en la ley de control preventivo a los 14 años. La iniciativa ha provocado aprobación y rechazo, por lo mismo, los propios protagonistas están divididos.
Francisca Palma Schiller. - La Estrella de Valparaíso.
La semana pasada, el Gobierno dio a conocer las intención de modificar la ley de control de identidad. A sólo tres años de su publicación, se anunciaron nuevos cambios controversiales a la normativa. Si antes se aplicaba solamente a mayores de 18 años, hoy, el proyecto impulsado por el presidente Sebastián Piñera busca ampliarlo a los 14. El objetivo: dar mayor seguridad a la población.
La propuesta del Ejecutivo generó polémicas y abrió grandes interrogantes, ya que incluir a menores de edad se convierte en un escenario complejo. En este sentido, la modificación entró al Congreso para ser debatida y hay quienes apoyan la iniciativa y otros que se niegan.
"La derecha y el Gobierno lo que intentan hacer es confundir, ignorar el debate de fondo y centrarse en algo que no tiene un solo estudio que demuestre aquello de aumentar la seguridad. Si queremos sentirnos más seguros hay que hacer un esfuerzo común: los padres de los menores tienen que darles mayores atenciones y el Estado tiene que utilizar certeramente a las policías y no buscar hacer una pesca de arrastre", advirtió Jorge Brito, diputado de Revolución Democrática de la región.
Menores
Los principales protagonistas de esta nueva modificación son los menores de edad. Por lo mismo, La Estrella conversó con ellos para saber qué piensan al respecto y la opinión está dividida.
"Estamos de acuerdo, porque hoy en día ellos saben que por ser menores de edad nos les pasará nada ante la ley, y por eso mismo empiezan desde chicos a delinquir. Quizás de esta forma se podría prevenir esto, porque se sabe que niños están metidos en cosas malas", afirman Levi y Giancarlo de 16, quienes disfrutaban de una pichanga de fútbol.
Otros de los involucrados en esta situación son los padres, que se preguntan cuáles serán los criterios a utilizar.
Carlos, quien prefiere mantener su identidad, tiene hijos y sobrinos y sus dudas son razonables. "Estoy en desacuerdo. ¿Cómo te sentirías tú si a tu hijo o hija los empiezan a tocar? ¿bajo qué criterio podrán abrir tu mochila o meterse entre tu ropa? No creo que sea bueno, además, hay cosas más importantes", expresa.
Cuando le preguntamos a Brian de 15 años sobre el tema, responde bajo el clásico refrán, "el que nada hace nada teme, por lo mismo, estoy de acuerdo", enfatiza.
Cifras
El proyecto ha sido defendido por el Gobierno a través de cifras.
Según las estadísticas de la Subsecretaría de la Prevención del Delito, en el 29% de los casos de robo de vehículos participaron menores de edad y en robo con violencia, sería el 22,8%.
Además, afirman que en el año 2018 hubo 4,4 millones de controles de identidad y sólo en 39 casos hubo reclamos por abuso de Carabineros.
A pesar de eso, hay quienes afirman que las estadísticas no demuestran que el control de detención sea efectivo para controlar los delitos.
"Las estadísticas anuncian que los controles de detención no son una herramienta efectiva para evitar delitos, más bien es una acción de vulneración de derechos. Las cifras indican que solo al 2,4 % de los jóvenes que se les realizó control de identidad, tiene reales problemas de delitos", señala Silvana Sáez, directora del Área de Educación de la Corporación Municipal de Valparaíso.
Es que no sólo las cifras se presentan como argumentos dentro del debate. El criterio y el abuso también son temas a discutir.
"Los delitos cometidos por adolescentes son un porcentaje menor en el total y han ido a la baja. No hay que olvidar que los menores de edad están en una mayor situación de vulneración ante la fuerza policial. El deber del Estado es protegerlos y no entregarlos en bandeja a Carabineros, que ha sido cuestionado en innumerables ocasiones por uso excesivo de la fuerza y abuso de poder", manifiesta Camila Rojas, diputada de la Izquierda Autónoma.
Algunos alertan sobre los daños y prejuicios que esto podría generar. "No estamos de acuerdo. El control de detención tiene más relación con los prejuicios a jóvenes estudiantes, en su mayoría de pertenencia social medio baja y pobreza extrema, es decir, discriminación por clase y estética. Esta experiencia se vive más como una experiencia de maltrato que como protección desde el Estado", asegura Silvana Sáez.