Villalemanino pide ayuda para rescatar a sus 7 nietos en Siria
Patricio González lleva 10 días en Medio Oriente y sólo ha podido confirmar que los niños están vivos y juntos, pero en muy malas condiciones de salud.
"Abuelo, tengo hambre", fueron las palabras que repetían los nietos del villaalemanino Patricio González cuando, después de algunos días de superar las restricciones impuestas por las autoridades kurdas, el hombre de 50 años, y radicado hace tres décadas en Suecia, pudo llegar hasta el campamento de refugiados de Al Hol, al noroeste de Siria y donde conviven unos 80.000 desplazados y familiares de yihadistas -entre ellos miles de extranjeros-, según la Cruz Roja.
En este lugar se encuentran sus 7 nietos (3 niños y 4 niñas) de entre 1 y 8 años, quienes quedaron huérfanos tras la muerte de sus padres Michael Skråmo y Amanda González, quienes se unieron a la causa del Estado Islámico (ISIS).
Patricio es padre de Amanda, joven chilena-sueca que en junio de 2014 viajó junto a su esposo de origen noruego-sueco y sus primeros cuatro hijos a Turquía. La visita, que sería por un par de semanas, se extendió por meses hasta que Patricio pudo confirmar uno de sus mayores temores: su hija y su yerno, convertidos al Islam, habían decidido unirse a ISIS, un grupo yihadista, en Siria, y no regresarían.
Según consigna Emol, durante su periodo como combatientes, la pareja tuvo otros tres hijos en Siria y, tras su muerte, los siete menores quedaron abandonados, por lo que fueron llevados al campo de refugiados en Al Hol. Presentarían signos de desnutrición y afecciones pulmonares.
La madre de Skråmo confirmó a la televisión pública sueca SVT que su hijo y padre de los niños murió a mediados de marzo en el ataque a Al Baguz, mientras que Amanda habría fallecido en diciembre en un ataque aéreo.
Sacarlos de ahí
Recién el lunes de esta semana y tras permanecer cerca de diez días en Medio Oriente -período que para González ha equivalido a meses-, Patricio pudo ver a su nietos y confirmar que están vivos y juntos, aunque en muy precarias condiciones de salud.
"Ha sido muy complejo todo. Aquí no puedes llegar y decir que eres el abuelo y eso te abra las puertas. No se puede porque no tienen infraestructura, no hay una oficina, tampoco un registro donde puedas consultar. Por eso cuando el lunes pude verlos fue un alivio porque yo no sabía si habían sobrevivido", relató a La Estrella, al teléfono y desde Siria, Patricio González.
Pero tras el alivio de saber que sus nietos están con vida y todos juntos, Patricio detalla las precarias condiciones en que permanecen en el campamento.
"Los niños están mal, enfermos, están sufriendo mucho. Ellos están prácticamente prisioneros, es cierto que pueden relacionarse con otros niños y que les dan de comer, pero los niños pasan hambre. Me lo decían cuando nos vimos, 'abuelo, tengo hambre', me decían, y yo pude comprarles unas especies de sandwiches que vendían. Es urgente poder sacarlos de ahí cuanto antes", planteó Patricio, tras describir el encuentro que sostuvo con los menores este lunes durante tres horas.
Tiempo en contra
Tras la negativa del gobierno sueco a repatriar a los hijos huérfanos de militantes suecos del EI, González recurrió a la cancillería chilena.
"He estado en contacto con el cónsul en Damasco, se están moviendo los hilos. Este es un tema humanitario que requiere la mayor urgencia", planteó, esperanzado en que el Gobierno chileno sí le brinde ayuda.
Patricio González se lamenta del tiempo valioso que se pierde. "Acá todo avanza lento, muy lento, y si a eso le sumas que con Chile tenemos siete horas de diferencia, mientras acá se hacen gestiones en Chile están durmiendo. Confío en poder sacar a los niños y llevarlos a Suecia, o a Chile, sería una bendición poder llevarlos a Chile, pero eso se verá después, lo prioritario ahora es sacarlos de Siria y llevarlos a un hospital donde les brinden atención médica", aseveró el afligido abuelo.