Claudio Morales Salinas - La Estrella de Quillota - Petorca
Danilo Michea tiene 39 años y es del sector de Romeral en Hijuelas, aunque ahora vive en el paradero 27 del camino troncal, casi en el límite entre La Calera y La Cruz. Según confesó este fanático del fútbol, asiste al estadio a alentar al conjunto calerano "desde que jugaba el Zorro Salinas en el antiguo Municipal".
El sábado pasado, este hincha del conjunto rojo, estaba disfrutando en el Nicolás Chahuán del buen juego que el equipo de Francisco Meneghini exhibía frente a Huachipato. Lamentablemente, Michea no alcanzó a celebrar el primer gol de Marcelo Larrondo, o al menos no se acuerda si lo hizo. Ya a esa altura, a los cuatro minutos de partido, este hombre comenzó a sentirse mal, hasta que se le declaró un ataque epiléptico, ahí mismo en la bandeja superior de la tribuna Andes, y ante el estupor de todos quienes estaban cerca.
El murmullo y los gritos de auxilio se multiplicaron, hasta que en la cancha el arquero Augusto Batalla se dio cuenta que alguien necesitaba ayuda en la tribuna. El golero intentó llamar la atención del árbitro Nicolás Gamboa, y hasta se tiró al piso para conseguirlo. Solo en ese momento se detuvo el partido y todos pusieron su atención en lo que pasaba arriba entre el público.
Todos lo ayudaron
El hincha afectado recuerda poco de esos momentos, aunque asegura que "nunca perdí el conocimiento". Desde la banca de Unión La Calera saltaron raudos dos integrantes del cuerpo técnico, Francisco Oyarzún e Ignacio Mártire, quienes atravesaron la cancha y luego treparon a la tribuna ayudados por los propios jugadores y algunos espectadores, para llegar a donde estaba Michea, quien ya era asistido por bomberos y carabineros. Entre todos lo estabilizaron antes de que fuera trasladado al hospital.
Pero este hijuelense era el menos asustado. "Por mi condición estoy acostumbrado a estas crisis, solo que esta vez coincidió que estaba en el estadio. Ya antes me había pasado lo mismo, en un partido con Ñublense en el 2012; también me han venido ataques viendo jugar a mi hijo", cuenta Michea, quien aclara que ese día no colapsó por la emoción de ver jugar al equipo ni mucho menos, sino "porque tengo esta condición".
Este sufrido hincha calerano cerró expresando su "agradecimiento a Augusto (Batalla) por su preocupación, y a todos los que me ayudaron ese día. Seguiré viniendo al estadio a apoyar a La Calera".