En un tris, sin mediar discusiones, ni acalorados debates, ni menos las ya comunes descalificaciones entre ellos, cuando discuten temas como el sueldo mínimo de los chilenos ó los problemas financieros de la señora Juanita, los diputados se auto-aprobaron el aumento de $ 500.000 (de $3.527.000 a $ 4.027.000) para cubrir sus gastos operacionales, como pagos de oficinas, traslados, telefonía, equipamientos y otros...

Aunque rápidamente salieron a aclarar que este aumento de fondos saldrá de los ahorros que la cámara ha efectuado (bien vale aclarar que los dineros igual salieron del bolsillo de cada chileno), sorprende de sobremanera lo rápido que se pusieron de acuerdo en forma unánime entre los diputados, para aumentar sus beneficios personales, ojalá que igual se pusieran tan rápido de acuerdo para aprobar tantos proyectos que han prometido hasta el hartazgo en cada nueva elección a los chilenos que hacen verdaderos milagros para llegar a fin de mes, y que no terminen como siempre, sacando a relucir sus añejas, irreconciliables e irresolutas disputas políticas, de los de allá con los de acá, para no llegar a ningún acuerdo posible, algo que ha sido repetidamente visto cuando los problemas de dinero son de la familia de la señora Juanita y no precisamente cuando ellos necesitan para pagar sus oficinas, sus celulares y sus traslados...

Luis Enrique Soler Milla

Con pena, pero sin sorprenderme, he visto por los medios de comunicación, el perdonazo que se le dio a Raúl Schuler por su atentado contra el patrimonio nacional. Es justo lo que dije en noviembre pasado, en una entrevista al diario La Segunda. Profecía cumplida.

Me resta por decir: Gracias. Sigamos así. Denle no más. Hagan pedazos el patrimonio del país, el de Valparaíso y el de cualquier otra ciudad de Chile. Está todo dado. Roben, rayen, destruyan, llévense todo para la casa y digan que son "coleccionistas" o que "querían conservar el patrimonio arquitectónico rural para el país". Total la ley los ampara y perdona. No sólo les abrieron la puerta, sino que también les sacaron el techo para llegar y llevar.

En cuanto a Valparaíso, es la mejor noticia para que sigan desapareciendo estatuas, esculturas, medallones y placas. La Oficina de Patrimonio, inoperante. No tienen ni idea de patrimonio. Hay que estar ayudándolos, pero se abanderan con los logros ajenos. El Departamento Jurídico, todavía no pide la estatua La República, diciendo que no se han hecho peritajes y éstos mostraron en diciembre que la estatua es la de Valparaíso. Y qué decir de la alcaldía. Cero interés por el patrimonio y eso se nota a luces. Toda un séquito de tipos que arrogan de ciudad patrimonio, rasgan vestiduras y a la hora de afrontar, salen con frases como: "Vamos a presentar un proyecto" o "lo van a restaurar" y así ha sido más de una década.

Valparaíso, gracias a todas sus autoridades que han ejercido desde que fue declarado como sitio Unesco, hicieron que no diera el alto, ancho y fondo... y ellos tampoco.

Hace casi 20 años que vengo denunciando como se destruye la ciudad junto con su patrimonio, y 15 de éstos lo he hecho por la prensa y no veo ni un avance. Ninguno de los tres alcaldes anteriores hizo algo por el patrimonio. Sólo proyectos fantasmas. Y qué decir del actual, que para él, lo más importante, es su reelección.

Me queda la sensación que esto es una puñalada certera al patrimonio nacional. Falta que ahora los tribunales pidan que a Raúl Shuler, les devuelvan todas las esculturas y a mi se me condene por haberlo denunciado.

Lautaro Triviño