Especialistas revivieron el boom textil en la zona
Anoche se realizó una nueva jornada de "Un Café con Valparaíso".
Una conversación que revivió los mejores años de la industria textil en la zona, fue la que se dio anoche en el Café Valparaisología, ubicado al interior del Museo Histórico Natural. Ahí se realizó la segunda jornada de "Un Café con Valparaíso", evento que organiza el Par Explora Valparaíso.
La conversación en esta oportunidad estuvo guiada por el director del Museo Palacio Baburizza Rafael Torres, quien llevó el diálogo por el recuerdo y las investigaciones que se han realizado en este tema durante los últimos años.
Las invitadas fueron Ángela Herrera, académica de la Escuela de Diseño de la Universidad de Valparaíso; y Pitti Palacios, diseñadora textil y promotora del 'slow fashion'.
Herrera cuestionó la falta de conciencia sobre el diseño textil, y enumeró -por ejemplo- como el material de las prendas puede dar una luz de un contexto político que se dio en un zona determinada.
Contexto histórico
Las invitadas ahondaron en cómo Valparaíso y Viña del Mar se transformaron en grandes centros textiles, influenciados en parte por el arribo a la zona de inmigrantes, los que traían desde Italia, Alemania, Inglaterra y el mundo oriental, sus contactos, por ejemplo, para poder adquirir máquinas que permitieran trabajar telas.
"Muchos vestuarios tenían una etiqueta que decía 'hecho en Valparaíso'", recordó Pitti Palacios, quien también hizo énfasis en el arribo al mercado de filamentos, de la mano de una etiqueta en inglés que decía "lávalo y úsalo", lo que permitió a los usuarios de esos años salir de la complejidad que significaba utilizar algodón, lana o lino, cuyo proceso de lavado exigía cuidado y tiempo". "Con los filamentos, se masificó el vestuario", dijo la diseñadora.
Pero algo pasó que en los 70s y 80s, la industria textil dejó de brillar. Eran tiempos de la UP, luego el gobierno militar, y más tarde el ingreso de la competencia de Oriente, lucha que finalmente la industria local va perdiendo, lo que significó el cierre de las fábricas.
"Bajan las industrias, pero no el vestuario, porque utilizarlo es parte de nuestra cultura", dice. En ese escenario, algunas industrias intentan sobrevivir con la adquisición de franquicias, lo que solo termina siendo una forma de alargar una muerte anunciada. "Textil Viña tenía una planta casi al llegar a 15 norte, era inmensa. En el año 1998, cerró", recordó Ángela.
Hoy solo quedan algunas, una de ellas es Trenzaduria Viña, en la avenida Brasil; y Carmy.
Catastros a los que han tenido acceso ambas investigadoras, por ejemplo cuantificaron en más de 300 los sastres en Valparaíso en los años mozos, aunque advierten, hay muchos que no fueron registrados. "Hay sastres y modistos, por ejemplo. Había uno que era conocido por realizar el diseño a los diplomáticos", recuerdó Pitti Palacios.