Bombero y su cara a cara con zorro que lo mordió
Está en tratamiento contra la rabia. Animal fue enviado a centro de rescate.
Recuperándose en su hogar de una inaudita, pero inolvidable experiencia está un bombero porteño.
Hace cinco años que Tomás Sepúlveda, alumno de Ingeniería Agrícola en el DUOC UC, es voluntario de la Primera Compañía Bomba Americana en la que reside.
Días atrás el teniente 3° fue en apoyo de sus colegas de la Segunda Compañía, para un llamado a un domicilio particular en calle Cumming. De noche en el patio de la casa un zorro culpeo estaba herido y acorralado por tres perros.
Se trataba del mismo especimen que testigos vieron deambulando en los cementerios 1 y 2 de cerro Cárcel.
Tomás cuenta que el animal se ocultó adentro de un muro perimetral, en un espacio de unos 15 centímetros de diámetro. Con casco y guantes los voluntarios comenzaron a rescatarlo.
"Cuando le tomé una pata me empezó a morder la mano izquierda. Dolía, pero primero no me atravesó el guante", recuerda. Como el animal estaba asustado y para evitar dañarlo rompieron el muro. "Le pusimos un polerón en la cabeza y ahí le envolvimos el hocico y las patas".
En el rescate también participó la sección forestal y ecológica de la V Zona de Carabineros que patrullaba el área, los que derivaron al cuadrúpedo a la reserva forestal y luego al centro de rescate animal Ñamku de Concón donde se recupera.
En cuanto a Tomás, se percató que las mordidas sí traspasaron su piel, por lo que se fue al Van Buren donde recibió tratamiento médico para no contraer la rabia y el tétano, con aplicación de dosis de vacunas.
"Nunca me había tocado un rescate así. Fue raro ver un zorro casi en el plan", comenta el joven que lidia ahora con bromas de sus compañeros, que le auguran le crecerá el pelo y se convertirá en un extraño ser, tras la mordedura del escurridizo animal salvaje.