La cerveza artesanal se hace un espacio en las celebraciones del 18
Entre tanto terremoto y chicha en cacho, las espumosas de cebada fueron bastante requeridas en horas de la tarde; incluso hay una de "mango cannábico".
Uno pensaría que los horarios del almuerzo, y los de la noche son los más concurridos de las fondas, pero en realidad es durante todo el día que se está recibiendo público, y para las horas en que el sol se hace sentir más fuerte, las cervezas se vendieron en cantidades industriales.
Visitamos las ramadas del Sporting, en Viña del Mar, y la cantidad de gente que se aglomeraba en la entrada era importante. Pasadas las 15.00 horas, el gentío se apretujaba por la puerta, para poder entrar antes de la hora límite en que se empieza a cobrar entrada.
Más allá de lo asados, empanadas y terremotos, hubo varios parroquianos que capearon el calor y refrescaron su garganta con una espumosa y amena cerveza. No eran pocos los stands que ofrecían cervezas artesanales en distintas variedades. Para todos los gustos.
Matías Elgueta quedó con el brazo acalambrado de tanto servir cerveza de barril. Este fue el primer año en que Mosthor, una marca artesanal de Quilpué, se instalaba entre las ramadas viñamarinas, y para conmemorar el debut, llevaron sus mejores cuatro variedades.
"Ha estado bueno, muy movido, mucha gente. Todos han comprado cerveza, no hemos parado en todo el día", comenta Matías.
Sobre la competencia con otros tragos más tradicionales para esta fecha, comenta: "El terremoto es rico, pero para la noche, en cambio una cerveza rica y fresquita está ideal para el calor. Incluso en la noche, que ha hecho un poco de frío, igual se vendieron muchas cervezas".
Una variedad particularmente exótica fue la que llevaron los chicos de Monte Verde, marca de cerveza oriunda de Talca.
"Traje mango cannábico, es una variedad exclusiva que traje para este evento", cuenta José Jara. Es una variante de color verdoso, con 6,5° de alcohol elaborada con aceite de cannabis y mango. Su creador la describe como "refrescante y relajante". De los diez sabores que llevó al Sporting, el de mango cannábico fue el que más se vendió, al punto de quedar sin stock antes de las 17.00 horas. Literalmente, "voló".
Cuentas alegres
Entre los fonderos, había caras de alegría al ver la cantidad de gente que entraba al recinto viñamarino.
Desde la "Chonchonita", el parrillero giraba hábilmente un costillar de cerdo enrejado entre dos vallas: el cancato magallánico. Walter Cifuentes, cuenta que este es su quinto año y la respuesta del público ha sido muy buena. "Fíjate que ha venido harta gente, lo importante es que vengan a disfrutar", invita.
Sobre las bondades del cancato, destaca que la carne queda tostada por fuera y blanda por dentro.
"Lo bueno es que la carne queda selladita por los cuatro lados, y mantiene sus jugos adentro, entonces al momento de comerla, la carne está en todo su esplendor, esa es la idea. Esto nació pensado para preparar cordero, pero con el costillar de cerdo queda muy bueno", explica.
La fonda que más llamaba la atención era una que era atendida por enmascarados con overoles rojos. "La casa del papelillo", estaba llena hasta las banderas con comensales.
Aprovechando el vuelo del estreno de la tercera temporada de la serie española en Netflix, los fonderos repitieron la temática que estrenaron el año pasado. Jorge Gorichón, contó que su hijo fue el de la idea.
"Se le ocurrió a mi hijo, él creó el nombre y la indumentaria el año pasado, y ahora quisimos tirarnos con la segunda patita, pero con un poco más organización, en la noche traemos invitados como el Pollo Castillo. La gente se ríe mucho, les da curiosidad, se acercan y se sacan fotos con los parrilleros, les piden que se pongan las máscaras y todo. La pasan muy bien", acotó.